Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Dolorosamente, Piqué ya no es defendible

La postura adoptada por el futbolista catalán le hace incompatible con el equipo nacional

Suena cansino, monocorde, irritante y como un mantra que suele aflorar curiosamente cada vez que llega una concentración del equipo nacional. Defendí siempre a Piqué, excelso futbolista, quizá lo más parecido a Beckenbauer de cuantos forman la elite del fútbol contemporáneo. Lo defendí porque me parecía desmesurada la inquina que le profesaban unas turbas que, sobre todo, se movían por un acerbado madridismo.

Ahora se me hace imposible defenderlo tras su posición en apoyo de una ilegalidad tan palmaria como el referéndum del pasado domingo. Su posición, con el adobo de unas lágrimas que sonaban a sinceras lamentando la represión que España ejerce sobre Cataluña, hace que no parezca de recibo que continúe llevando en el pecho el escudo de España. El escudo de esa Constitución que sus paisanos pisotean un día sí y otro también creo que ya está de sobra en pecho de Piqué.

Sería una grandísima pérdida para el equipo de casi todos que se prescindiera de sus servicios, pero es que ha jugado unas cartas que son incompatibles con las que se barajan en la selección nacional española. Insisto en que para el equipo sería una mala medida, pero quizá le quitaría esa presión exógena que el otro día se vivió en Las Rozas y que podría hacerse insoportable el viernes en Alicante. Se ha llegado a decir que su presencia resulta tóxica para la selección y la toxicidad siempre sobra.

Hay quien opina que la posición del barcelonista va encaminada a que lo expulsen de la selección con lo que podría engrosar la lista de víctimas más o menos reales del catalanismo. Si eso fuera cierto convendría dejarle el marrón y que sea él mismo quien diera el portazo. Sólo faltaría que creásemos una víctima más de las muchas que el nacionalismo catalán tiene en su relación de héroes de mentira con Companys o Casanova a la cabeza. Siempre estuve con Piqué, pero ahora...

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