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Sin Negredo aún genera menos

  • El Sevilla no soluciona el problema de la creación de juego ni con un calendario más suave, que ha coincidido con la lesión de su referencia ofensiva · Se lastimó tras el triunfo sobre el Valencia y desde entonces sólo hubo una victoria en seis partidos.

Un solo triunfo ha logrado el Sevilla de Marcelino desde que se lesionase Negredo a finales de septiembre. Tras la épica victoria sobre el Valencia, en la quinta jornada (sexta según el calendario de la LFP), el delantero vallecano se lastimó el muslo izquierdo ensayando el disparo a puerta. Entonces era una simple molestia, pero el ariete salió un rato al Vicente Calderón y empeoró, con una elongación en el semitendinoso que incluso amenazó con devenir en rotura. Tras reaparecer de nuevo estérilmente ante el Racing, los médicos volvieron a aconsejarle prudencia tras sentir nuevas molestias en otro entrenamiento. Lo pararon y ahora esperan que ya esté en plenas condiciones para reaparecer ante el Athletic, el día de las elecciones, domingo 20 de noviembre. Eso es lo que espera el propio futbolista y también Marcelino, que sólo ha logrado hacer ganar a su equipo, y con muchos apuros, al Sporting durante todo este periodo de baja y reapariciones inoportunas.

Sin Negredo, el Sevilla de Marcelino ha visto acentuado su problema de generación de juego ofensivo. El madrileño, por méritos propios, se ha convertido en la gran referencia atacante del equipo. Con Kanoute viviendo su particular ocaso, aunque aún tenga muchas cosas que decir, Negredo es el baluarte ofensivo del Sevilla, de presente y de futuro, y así lo presentó el propio club cuando le amplió su contrato y lo anunció a bombo y platillo en su televisión oficial. Cuando renovó hasta 2016, el 4 de octubre, ya estaba lesionado. Un mes después, aún no se ha recuperado y ni el propio Marcelino quiere fijar un plazo fijo para su regreso. Sólo espera que no hoy, sino el lunes siguiente, ya esté a pleno rendimiento para poder preparar el partido ante el Athletic de Marcelo Bielsa. El parón le va a venir bien.

Incluyendo los dos ratos que jugó ante Atlético y Racing, el Sevilla sólo ganó un partido desde esta lesión muscular y durante esta fase el equipo ha dado un pasito atrás en la positiva evolución que estaba teniendo en cuanto a generación de juego. Empató en el Calderón (0-0); venció al Sporting (2-1); empató en el Camp Nou de forma épica (0-0); logró tablas in extremis ante el Racing (2-2); y perdió su condición de invicto en la décima jornada ante el Granada (1-2). Cinco goles en seis encuentros, cuatro de Manu, máximo goleador desde su estreno ante el Sporting. Todo eso antes de la pobre imagen en Mallorca, donde un récord histórico, el del quinto partido a domicilio sin perder, ha dejado una agria sensación en el aficionado por la nueva evidencia de austeridad ofensiva.

Además de sólo ganar un partido en estos seis encuentros, el conjunto de Marcelino está dando la sensación de una paulatina pérdida de rumbo tras la noche mágica del Camp Nou. Curiosamente, cuando se ha suavizado el calendario la respuesta de juego ha ido a peor, a excepción de esa gran segunda parte con el Granada en la que tanto se echó en falta a Negredo, al delantero que rematase tanto juego generado. El resultado no pudo ser más negativo: primera derrota.

Marcelino llegó al Sevilla centrado en parar la sangría de goles en contra y lo consiguió. Entretanto, se esperaba que, poco a poco, fuera haciendo que creciera la faceta ofensiva. Pero cuando ha llegado la hora de romper, de soltar amarras, no estaba el delantero centro. El Sevilla es el equipo de arriba que menos marca (11 goles) y fuera de casa esta realidad aún es más patente: sólo dos a domicilio, Negredo y Alexis en Villarreal. Con Kanoute entre algodones, las miradas se vuelven a Negredo. Todos los caminos conducen al vallecano, la referencia sin la que el Sevilla de Marcelino no termina de arrancar.

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