La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

La moción es contra el PSOE

Pablo busca sacar a Podemos de la irrelevancia por una vía mediática y circense que lo hace cada vez más irrelevante

La moción de censura a Rajoy anunciada a bote pronto por Pablo Iglesias -comunicada un rato antes a los grupos parlamentarios que tendrían que apoyarla para que saliera adelante y expuesta a la prensa con escenografía extemporánea de Novecento- persigue dos objetivos y ninguno de ellos es derribar al Gobierno del PP. Uno, tomar la iniciativa política. Dos, comprometer al PSOE. Podemos fracasará en los dos.

Hay un error de partida. Los podemitas no han comprendido que, una vez en el Parlamento -y como tercera fuerza política del país-, la iniciativa se logra trabajando, defendiendo propuestas y buscando alianzas para que triunfen. PSOE y Ciudadanos pueden apuntarse algunos éxitos en la mejora social y política de los españoles. Podemos, no. Podemos se ha dedicado a montar numeritos, exhibir camisetas, hablar groseramente simulando que es así como habla la gente y, en la calle, a los autobuses y caceroladas. No han construido nada, en definitiva.

Por eso se ha inventado Pablo Manuel una moción de censura sin candidato ni programa. Para sacar a Podemos de la irrelevancia y centrar el foco mediático en el partido antisistema. Durante unos minutos: los que han tardado PSOE, Ciudadanos y PNV en rechazar la aventura. En realidad, sólo la ha visto con buenos ojos Esquerra Republicana, que estará a favor si el candidato a presidente del Gobierno le dice que sí a su monocultivo (el referéndum secesionista). Y dice que se la ha inventado, la moción, por un imperativo ético, porque España no puede soportar que siga la corrupción y porque vivimos un estado de excepción. Pero, oiga, Pablo, que usted es profesor de Ciencias Políticas y yo solamente licenciado: ¿exactamente qué libertad está suspendida en España por ese estado de excepción que denuncia?

El otro objetivo de la moción es desestabilizar al PSOE más aún de lo que ya está él solito, forzándole a optar entre secundar la censura a Rajoy o volver a retratarse como el partido de la falsa izquierda que permite un Gobierno del PP. Realmente, la moción de censura no va contra Mariano -que si se produjera una sesión semejante se comería con patatas a Iglesias-, sino contra los socialistas. Pero los tres candidatos que andan de primarias han rechazado la treta de Podemos.

Él no lo sabe, pero buscando por esa vía sacar a Podemos de la irrelevancia Pablo lo condena a ser cada vez más irrelevante.

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