Me pregunto quiénes son los que se dedican a hacer todos esos PowerPoints, esos jueguecitos de imágenes que vas pasando con el botón AvPag, llenos de letras, que van a apareciendo de una en una mientras piensas "venga hombre, que empiezan a mirar los compañeros...". Los hay de todo tipo, los que se mofan de los políticos, de animales, de paisajes, de mensajes románticos que ensalzan el amor, la amistad o la vida, y otros muchos. El último que recibí ayer - casi siempre me los mandan las mismas personas- me obligó a estar más de un minuto pendiente de la pantalla, mientras sus letras caían lentamente, como las piezas del tetris electrónico. Le tuve que dar siete veces a la famosa tecla. Bueno, y no me enteré de lo que decía, porque los miro como por inercia, con los ojos puestos en la pantalla, pero sin apenas leerlos. Lo dicho, no me gustan los PowerPoints.
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