DURANTE el pasado fin de semana se ha celebrado en nuestra ciudad las I JORNADAS CULTURALES DEL VINO, organizadas por la Hermandad de la Sagrada Mortaja de Algeciras. A través de la exposición, del tapeo, de la compra directa y de las catas sobre todo, hemos podido acceder a un mayor conocimiento de los vinos de la Serranía de Ronda. En estas fechas prenavideñas, al ser organizadas por una hermandad, se ha hecho más realidad la frase de Benjamín Franklin "el vino es la prueba más fehaciente de que Dios nos ama y quiere vernos felices".

El vino es cultura. Todos lo sabemos. Se han descubierto ánforas vinarias en Andalucía procedentes del siglo VIII a.C., fundamentalmente referente a las provincias de Cádiz, Málaga y Huelva. Los lazos socioeconómicos y culturales entre la Serranía de Ronda y el Campo de Gibraltar han sido históricos. Y también, como no, a través del vino, con rutas de comunicación entre preciosos viñedos que se vieron truncados por la presencia de la filoxera a finales del XIX, portada a través de la introducción de los nuevos cultivos y que desgraciadamente acabó con ellos y que ahora, en estas dos últimas décadas afortunadamente se están restaurando gracias al trabajo inicial de Federico Schatz y Alfonso de Hohenloe y continuado por las treces iniciativas empresariales que actualmente componen la denominación de origen Sierras de Málaga, amén de una veintena de más productores que trabajan para su inclusión.

Pero el vino también es alimento. Cultivos ecológicos y procesos de vinificación los mas naturales posibles a través de las nuevas tecnologías, hacen que las más de mil sustancias que lo componen, como es lógico en un consumo moderado y cuando no estén excluido por ciertas enfermedades, se conviertan en un elemento beneficioso para la salud.

Cultura y alimento bajo la iniciativa de una hermandad, La Mortaja, que ha servido para que ésta obtenga unos ingresos que le ayuden a realizar sus labores de caridad y de enriquecimiento de su patrimonio, que es el de Algeciras. Esta es una forma de actuar que vienen desempeñando desde hace años nuestras hermandades con el respaldo de los miles de hermanos que las componen. Iniciativas de venta de lotería, de rifas, de venta de dulces, de realización de caterings y cenas, de puestos de venta en ferias y un largo etc., hacen que las hermandades, desde hace años, no sólo con las subvenciones, vayan cumpliendo lo que desde un punto de vista religioso le mandan sus estatutos, sino que como dije antes, incrementen un patrimonio importante para nuestra ciudad, a través de imaginería, orfebrería y bordados. Sirva de ejemplo el histórico manto de finales del XIX que posee la Hermandad de La Buena Muerte y que es admirado por toda Andalucía. Pero de esto, parece ser, que hay algunos que no se enteran. Y lo que es peor, les falta la humildad de preguntar para enterarse. Unos a trabajar. Otros a hablar de la iluminación de Navidad como la del solsticio de invierno. Noé (9.20), tras el diluvio, plantó una viña. "Bebió de su vino y se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda". Deseo y espero que nadie quede desnudo en medio de su pueblo por la embriaguez de la soberbia.

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