Hay muchas cosas que se ven en esta vida, en este día a día repleto de noticias malas, buenas y sorprendentes, que te dejan cuanto menos estupefacto y pensando que la justicia también se equivoca a veces. Me pasó cuando escuché en el parte que un juez pedía que una madre entregara a sus dos hijos a su padre, anteriormente denunciado por maltrato de genero. Esta decisión se escapa a toda mi lógica. Desde ese momento sé de qué parte estaban mis sentimientos. Como era de esperar esa señora se ha quitado del medio, está en paradero desconocido, con el sano juicio de evitar que esos niños sufran y tengan lo que deben, una infancia feliz. Y ella, recuperar su vida. Desde ayer cientos de personas de todos los puntos de nuestra geografía la apoyan, lo tienen claro. Todos están de su lado y ella no está sola, sino en cada uno de los hogares de esta buena gente.