El boxeador que piensa que tiene al rival noqueado, porque ha estado luchando contra él y le ha ganado unos cuantos asaltos, si se relaja y baja los brazos, se pueden encontrar, y se suelen encontrar, con un ataque del contrario, que lo pilla desprevenido y puede tumbarlo en la lona.

Este comportamiento es normal en los seres humanos, porque ante situaciones que creemos controladas o superadas, el cuerpo nos invita a bajar la guardia y esperar que finalmente el tema se solucione sin hacer nosotros mucho más.

En el cáncer esto no es una excepción. La amenaza sigue estando ahí, y por mucho que se hayan alcanzado notables índices de supervivencia, aún queda mucho trabajo por hacer. El éxito depende de nosotros mismos, de que sigamos teniendo claro que el enemigo está enfrente, y que en cualquier momento puede contratacar. Por eso desde la AECC seguimos insistiendo en la necesidad de no perder el foco en esta lucha.

Hay tres pilares fundamentales en los que tenemos que apoyarnos.

Como siempre la investigación, que, a pesar de muchos esfuerzos, aún sigue siendo deficitaria en nuestro país. Este año lanzábamos el mensaje para que la sociedad reconociera y prestigiase la profesión y el desempeño de los investigadores, que a veces no tienen el reconocimiento social que merece su labor. Quizás así animaríamos la inversión.

En segundo lugar, el sistema sanitario tiene que insistir en las campañas de cribado, pero al mismo tiempo la población tiene que atender estas campañas. Todavía nos encontramos con que muchas personas desatienden estas pruebas, que sin embargo, pueden salvarle la vida gracias a una detección precoz.

Y en tercer lugar, y esto es algo en lo que desde la asociación apostamos fuertemente desde nuestros orígenes, es importante el acompañamiento a pacientes y familiares, en reconocer y estudiar sus necesidades, y facilitarles la vida, no solo desde el punto de vista médico, sino también desde el punto de vista social.

Son muchas las personas que a diario atendemos en nuestra sede, para darles el mayor apoyo psicológico y la mejor asistencia social, pero necesitamos también el apoyo del resto de la sociedad para poder alcanzar nuestros fines.

En este año, y con motivo del día mundial de lucha contra el cáncer, queremos centrar el foco en un aspecto hasta ahora poco atendido. Me refiero a la cuestión laboral.

Un paciente oncológico es especialmente vulnerable en este aspecto. Tanto durante el periodo del tratamiento, como una vez superada la enfermedad, en su reincorporación al trabajo, son muchos los factores que pueden incidir en esta persona y colocarlos en situaciones complicadas de afrontar.

Durante el tratamiento, por ejemplo, los trabajadores autónomos tienen dificultades para el desempeño de sus profesiones y, por tanto, enfrentan una grave dificultad de generar los ingresos necesarios.

Pero una vez superado el tratamiento, el paciente oncológico se puede encontrar con muchas dudas de cara a la incorporación a su trabajo habitual. Dudas sobre si podrá o no desempeñar sus funciones con normalidad. Dudas que le pueden suscitar el cambio de valores que el hecho de haber afrontado una enfermedad de este tipo les pueden haber generado. Dudas sobre cómo será la recepción de sus compañeros y de su entorno. Dudas sobre su adaptación al puesto de trabajo, o a las funciones que antes desempeñaba...

Toda esa incertidumbre colocan al paciente, que ha superado un tratamiento oncológico, en una situación que no debemos olvidar. Si nos vamos al extremo de la persona que debe buscar empleo, después de haber superado la enfermedad, nos podemos imaginar que las dificultades se incrementan sensiblemente sobre las que ya habitualmente tiene cualquier otra persona.

Por todo ello, coincidiendo con el día mundial de lucha contra el cáncer, desde la AECC queremos señalar la importancia de abordar el impacto laboral que conlleva el diagnóstico y la posterior reincorporación al trabajo de los pacientes con cáncer. Y en este sentido, la iniciativa todos contra el cáncer, declarada por el gobierno como acontecimiento de excepcional interés público, cobra mucha más importancia para conseguir que entre todos podamos mejorar el día a día de nuestros pacientes y familiares.

Esta iniciativa tiene como objetivo concienciar y movilizar a la sociedad española sobre la importancia de sumar los recursos y las capacidades de todos en torno a un gran programa de acción contra el cáncer, que incremente los recursos disponibles para proyectos de prevención, investigación, atención y divulgación.

No nos olvidemos, el enemigo, aunque parezca debilitado, sigue estando ahí, y nosotros tenemos que seguir alertas, sin bajar la guardia, hasta el final.