A nadie se le escapa a estas alturas de la película que Alfonso Dastis es a José Manuel García-Margallo lo que un huevo a una castaña. Brillantes cada cual a su manera, la situación abierta en el Campo de Gibraltar a raíz del Brexit ha dado la oportunidad de contrastar los perfiles del actual ministro de Asuntos Exteriores y de su antecesor: Dastis representa la prudencia y la diplomacia, el espíritu práctico para sacar las castañas del fuego; García-Margallo, la confrontación, una locuacidad a veces desmedida y la contumacia ante problemas irresolubles a corto y medio plazo. Los intereses de las personas frente a la fe ciega en las presuntas razones de Estado. Despacito frente al reguetón.

En una convocatoria inédita en Madrid que demuestra su sensibilidad ante las inquietudes existentes en la comarca, Dastis reunió esta semana en la sede de su departamento a los siete alcaldes y otras autoridades para tranquilizarles y confirmarles que, a partir de abril de 2019, cuando se active el Brexit, se mantendrá el paso fluido de las personas por la Verja tal y como hoy lo conocemos. También dio garantías sobre la continuidad de los derechos laborales, así como de las prestaciones sociales y de las pensiones que reciben los beneficiarios de ellas a uno y otro lado. No puede ser de otra manera: quien vea en la salida de Reino Unido de la UE una oportunidad para jugar con el cerrojo de la Verja o para convertirla en una suerte de frontera al modo de las dos Coreas es que no conoce la realidad ni vive en la comarca.

El ministro jerezano no solo habló, sino que también tomó nota de las inquietudes y demandas de los regidores, fundamentalmente de las dirigidas a que el actual Gobierno de la nación y los que vengan abran de par en par los ojos para atender las necesidades de una comarca muy especial, con dos condicionantes específicos que ejercen como elementos distorsionadores, para lo bueno y lo malo: su posición geográfica en el Estrecho, en el extremo sur de Europa y frente a las costas de África, y la competencia desleal que ejerce el Peñón.

La faena habrá que rematarla en los primeros meses de 2018, cuando se reunirá la comisión interministerial encargada de evaluar la situación en el Campo de Gibraltar. Ya lo hizo a modo de toma de contacto, bajo la presidencia de García-Margallo, en julio de 2016 con la participación de la Junta de Andalucía y la Mancomunidad, pero ahora se trata de poner sobre la mesa planes concretos en materia fiscal, de empleo y de definir inversiones públicas con plazos asumibles. A ver si en Madrid alguien se entera de que los convoyes que circulan por la Algeciras-Bobadilla no pueden competir en velocidad con el tren de la bruja.

P.D. Pasen unas felices fiestas.