Aunque la agricultura ya no es la principal ocupación productiva de la mayor parte de la población en los países desarrollados, a veces pasamos los días observando el estado del tiempo, a ver si va a llover. La Semana Santa está al caer y la inestabilidad atmosférica se convierte en una de nuestras preocupaciones esenciales, sobre todo si llegan las lluvias y los cambios bruscos en el tiempo.

Con un motivo religioso, poco más o menos, portando imágenes u otros objetos de culto, las procesiones son la gran atracción durante unos días en muchos lugares de España, junto con las playas y el campo. Así que no debe extrañarnos nuestra preocupación por los fenómenos atmosféricos desde ahora. Internet y los telediarios, por ejemplo, pasan a ser los sitios a los que se puede acceder para informarse de la situación meteorológica, según los gustos de cada usuario. La estabilidad se suele buscar a menudo en todos los campos.

En política, la firmeza y la seguridad en la posición y en el rumbo producen con frecuencia resultados interesantes, dándonos cuenta de la utilidad del quehacer político a la hora de gobernar y organizar la sociedad. Los amortiguadores de los Estados democráticos de Derecho avanzados vienen garantizando una posición de equilibrio en todos los terrenos. Aunque el establishment controle en cierta medida los sectores políticos y económicos, especialmente, la democracia garantiza un cierto bienestar consiguiendo que la población disfrute en general de un nivel de vida aceptable. En algunas ocasiones los cambios pueden venir bien, pero hay que asegurarse de que se cambia para pasar de un estado a otro mejor.