Las noticias de actualidad suelen atraer y ocupar la atención de la gente en un determinado momento. No obstante, en política, la moda independentista no acaba de pasar, aunque parezca un asunto anticuado, propio de otras épocas históricas, que debería haber dejado de estilarse en el mundo de hoy. Quién nos iba a decir a estas alturas que los grupos separatistas andarían enredados con sus cosas, entretenidos con unas fórmulas políticas que se pierden en la noche de los tiempos.

En democracia, todos estamos sometidos a los principios, leyes y reglas propios del Estado de Derecho. Por lo demás, la economía siempre está de actualidad. La crisis y sus recesiones trajeron un decrecimiento de los beneficios, salarios y nivel de empleo. Pasados los peores momentos, hoy se nota un aumento de la actividad económica, de la producción y del consumo, que se ha traducido en algunos casos en un incremento de las ganancias. Por tanto, parece lógico, a juicio de determinados expertos, que crezcan razonablemente los salarios y el empleo mejor valorado al mismo tiempo que se desarrolla el país.

Por cierto, el independentismo anacrónico y el progreso económico y social nunca han hecho juego. La verdad es que el debate siempre está abierto en los asuntos económicos. En economía, como en cualquier terreno que nos afecta de lleno, el intercambio y enfrentamiento de ideas o de argumentos están a la orden del día. El otoño se considera una estación cargada de inquietudes de cualquier tipo. Desde la prudencia, cuando las cosas marchan más o menos bien, se reclaman mejoras para todos.