Cualquier época del año siempre es buena para pasear y relajarse. El otoño es ideal para retomar hábitos y costumbres. La capacidad de socializar y vivir en grupo es algo intrínseco del ser humano. Vivimos en sociedad, en una ciudad cuyo punto de encuentro común es el centro, su corazón, cuyas calles se nos presentan abiertas para satisfacer nuestras múltiples necesidades y gustos.

La clara vocación comercial de Algeciras se remonta a épocas fenicias. Su bullicioso puerto y su estratégica situación geográfica convirtieron y convierten a la Isla Verde en punto comercial de primer nivel. El epicentro del latir comercial se ubica en la principal y amplia calle Ancha (Regino Martínez), vía reina de la corte comercial que configura el alma de la ciudad.

En Ancha asoman los principales escaparates de las multinacionales más populares. A la ya clásica Zara como locomotora de la calle se unen otras firmas como Stradivarius, Intimissimi, Calcedonia, Misako y Bodybell, a las que los últimos años se han sumado conocidas firmas como Encuentro, Parfois, Tiger, Kiko Milano, Granier y Catchalot. Este cocktail está conformado además por comercios tradicionales que aún conservan el sabor de otras épocas como Bebelín, Manuel, La Palma Real o los Pitufos.

Ancha es la carrera oficial de los paseos matutinos y vespertinos de los algecireños, vía que conoció tiempos mejores y que vio mermada gran parte de su potencial comercial con la crisis económica de los últimos años. Ancha fue y debe de seguir siendo el mejor escaparate, mediante el cual Algeciras muestre su pujanza económica y comercial. Esta es una tarea en la que debemos implicarnos todos, desde ciudadanos de a pie e instituciones, como regidoras y responsables del devenir de la Ciudad.

La cuestión no es baladí: impulsar desde las instituciones públicas competentes las medidas necesarias que incrementen y hagan más atractiva la oferta y calidad comercial del centro. En nuestro caso concreto, tanto Ayuntamiento como Apymeal deben poner en marcha los mecanismos necesarios para conseguir la mencionada competitividad comercial a través de órganos con vocación permanentes. Sus objetivos principales deben ser analizar y establecer las direcciones y pautas a seguir para dicha consecución, tales como campañas de promoción y temporadas comerciales, formación a comerciantes y una mejora en el impulso y asesoramiento a nuevos emprendedores, entre otras medidas.

En definitiva, nuevas ideas, inversiones y mejoras, todo ello encaminado a ofrecer una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos que junto con una oferta cultural y lúdico callejera conviertan al centro por méritos propios en un núcleo económico de primer nivel.

De Ancha parten otras vías comerciales de suma importancia como San Antonio, Callejón de Cardona o el clásico Callejón del Ritz. Si Ancha es baluarte comercial, Convento, la antigua Alfonso XI, no lo es menos. Ésta aún conserva parte de su empaque comercial, ello combinado con la nueva oferta gastronómica de ocio nocturno que la convierte en unos de los puntos de referencia comarcales.

Lugares como La Venencia, El Querido, Chato's o La Cata ponen el sabor a la céntrica vía. La Plaza Neda es por derecho propio el originario y clásico centro del sabor. Allí operan franquicias como: 100 Montaditos o Gambrinus, sumando la autenticidad que aportan las tapas y el trato de lugares como Las Duelas o La Gloria, ente otros. De Neda parte la calle Sevilla y sus añejas terrazas, con Rebolo y el Dioni como buques insignias del tapeo local.

Todo ello sin olvidar la nueva artería comercial extendida a extramuros de la ciudad, Capitán Ontañón y la plaza Marqués de Verboom, que completan la oferta de la urbe. Allí abren sus puertas marcas como La Mafia, el Fogón de Mariana, Lizarrán o Pomodoro, donde próximamente abrirá también sus puertas la popular Domino`s Pizza.

Todo ello acompañado por la apuesta decidida de emprendedores algecireños, los cuales ofrecen un valor añadido al lugar: Tapería el Árbol, Café Turín o lugares de copas como Blanko, Golden o Botanic.