Miradas al cielo todo el día. Las previsiones de lluvia preocupaban ayer a la Hermandad del Silencio, que esperaba que a media noche el tiempo concediera una tregua para la salida de esta imagen señera de la Semana Santa sanroqueña.

Nuestra Señora de la Soledad estaba preparada desde la noche del viernes para realizar su Estación de Penitencia. Alelíes y rosas blancas, intercaladas con algunas calas constituían el adorno floral de la imagen. La mayoría donadas por los propios cofrades y ciudadanos, que se acercaban durante la mañana a contemplar a esta bella imagen, uno de los tesoros de Gibraltar.

Por lo demás, la Virgen lucía en su estilo de siempre, pero con algunos cambios en su trono para realzar más su belleza. Los arbotantes de cola se han sacado fuera y se ha cambiado la posición de las velas y jarras. Además, se han hecho retoques en las bambalinas del palio y se ha desplazado el llamador. "No tienen un presupuesto alto, pero son trabajos para mejorar el paso", explicó la hermana mayor, Mercedes Gavira. La procesión de esta imagen se caracteriza por el recogimiento y el silencio en todo su recorrido. Sólo lleva horquilla, sin tambores y su recogida estaba prevista a las 3:30 horas del viernes, siempre que la lluvia lo respetase. "Existen cosas que no podemos controlarlas como el tiempo. Cambiaremos el recorrido cuando conozcamos las previsiones del tiempo poco antes de la medianoche", añadió Mercedes Gavira. Además, y como es tradicional, la imagen será cargada por costaleros del Santo Entierro -que no sale hasta el Viernes Santo- y de la Soledad, en una comunión de cuadrillas, puesto que se trata de una imagen que quieren llevar todos los cargadores.

La hermandad procede de Gibraltar. Tenía su sede en el convento de San Francisco, donde actualmente se ubica el gobernador británico. Tanto la Virgen como el Santo Entierro fueron traídas por los exiliados gibraltareños.