Semana Santa

El Santo Entierro inicia su nueva era

  • La hermandad desfila ante cientos de personas en el Viernes Santo con su estreno a costal

El Cristo Yacente, a su salida con la torre de la Palma como testigo de excepción.

El Cristo Yacente, a su salida con la torre de la Palma como testigo de excepción. / reportaje gráfico: pedro j. Marín

La rigurosidad dio un paso al frente en la noche del Viernes Santo con el desfile procesional del Cristo Yacente y María Santísima de la Soledad. Era un año especial para la hermandad del Santo Entierro por el cambio de estilo de carga de varal a costal, que se estrenaba en esta Semana Santa tras la decisión acordada por el Cabildo de Hermanos. Los pasos de misterio y palio fueron portados a trabajadera.

Con el varal la hermandad necesitaba cerca de 140 cargadores mientras que con el cambio de los pasos a costal las cuadrillas han reducido su cupo a la mitad.

En la salida en procesión del Cristo Yacente, obra de José Román, aún la oscuridad de la noche entraba con timidez. El pleno de la Corporación Municipal encabezado por el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, acompañó a la procesión del Santo Entierro y como establece el protocolo desfilaron bajo mazas revestidas de luto.

La hermandad estuvo acompañada en su estación de penitencia por un piquete de honor de Racta 4. A su vez el paso de palio fue arropado por la banda de música Amando Herrero de Algeciras.

El desfile procesional del Santo Entierro envolvió las calles del centro de Algeciras, tomando la primerarevirá hacia la calle Ventura Morón y Muñoz Cobos. No tardó en salir a la Plaza Alta María Santísima de la Soledad, para acompañar a Jesús fallecido. La muerte no es el final irrumpióen el silencio del cortejo entre un mar de nazarenos de negro riguroso.

El misterio sobre las once de la noche alcanzó la Carrera Oficial, mientras que la Soledad iba difuminando a los devotos a su paso por la calle Sevilla. El recogimiento de la hermandad volvió a enmarcar el Viernes Santo al filo de la medianoche. El Cristo Yacente esperó al paso de palio antes de volver a entrar en el templo de la Palma, a la espera de un año para volver a realizar su estación de penitencia.

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