Las intervenciones previstas para hoy, a las siete y siete y media de la tarde en la sede histórica de la Mancomunidad, del Paseo de las Acacias, debieran consolidar la presencia de las llamadas ciencias duras, en el espacio de actuaciones de la institución comarcal y en el marco del Instituto de Estudios del Campo de Gibraltar; uno de los pocos de su género de naturaleza multidisciplinar. Historiadores, escritores de todas las hechuras, científicos y artistas plásticos tienen en el Instituto y en la Revista Almoraima, unas plataformas en las que dar y darse a conocer y en donde poner en valor sus conocimientos e investigaciones. Son escasas las iniciativas territoriales, donde la calidad y exigencias alcanzan un nivel comparable al que desde hace ya muchos años se mantiene en la Mancomunidad. Es mérito que debe serle reconocido a sus responsables políticos y culturales, y a los colaboradores que han prestigiado a lo largo de los años la existencia de estos órganos regionales.

El Dr. Emilio Fernández Espejo, sanroqueño de origen con significativos rasgos algecireños, catedrático de Fisiología de la Universidad de Sevilla, y el Dr. Mario Acevedo Toledo, algecireño, psiquiatra con una gran recorrido en la práctica clínica, hablarán, con conocimiento de causa, de sus más recientes logros y experiencias, respectivamente, en una patología tan importante como la Enfermedad de Parkinson y en el llamado “Trastorno Límite”, sobre el que este último ha escrito un ensayo que ha sido presentado en foros tan importantes como la prestigiosa Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Las aportaciones de ambos, cada cual en su área de trabajo y en el ámbito de sus actuaciones, suponen avances trascendentes para la vida y el bienestar de las personas. Desde el estudio de los efectos neurodegenerativos de las drogas, el Dr. Fernández, que trabajó un tiempo con el gran neurocirujano algecireño Buenaventura Arjona Morón, llegó a interesarse por la Enfermedad de Parkinson acerca de la que ha conseguido progresar, entre otras cosas, en la detección temprana de los frustrantes efectos del mal. El Dr. Acevedo en su ensayo, que tiene implicaciones legales, reflexiona sobre los efectos sociales de una patología, alguna vez aludida como borderline, no lo suficientemente valorada, ni desde el punto de vista clínico ni desde su consideración como trastorno mental, que afecta al comportamiento en sociedad del enfermo.