Cultura

Sin trofeos en la corrida concurso de ganaderías de Barcelona

  • Quedaron desiertos los trofeos para el ganado y para el mejor picador y mejor lidiador, un pobre marcador del que los únicos responsables son los toros

Ninguno de los seis toros presentados a concurso en La Monumental de Barcelona fueron merecedores ayer del trofeo señalado para el caso, y lo mismo ocurrió con los trofeos al Mejor Picador y Mejor Lidiador, pero la culpa hay que achacársela al ganado.

Se lidiaron toros, por este orden, de Miura, Partido de Resina, Herederos del Conde la Corte, Victoriano del Río, Adolfo Martín y Fuente Ymbro, bien presentados, destacando por su cabeza el segundo, aunque los seis estuvieron exentos de clase y de raza.

Juan José Padilla, ovación y silencio. Francisco Javier Sánchez Vara, ovación y silencio. Javier Valverde, silencio y silencio.

Padilla, con el toro de Miura, intentó sin éxito el lucimiento en la faena tras haber compartido el tercio de banderillas con Sánchez vara. El toro, noble, carecía de fuerza, quedándose muy corto. El diestro acabó con un pinchazo y estocada. Al cuarto, de Victoriano del Río, Padilla lo recibió con una larga cambiada de rodillas y algunas verónicas aceptables. Le puso tres buenos pares de banderillas. Con este toro, de casi seis años, poco pudo hacer el torero ya que no se empleó en ningún momento en la muleta. Mató de un pinchazo y una estocada.

El primer toro de Sánchez Vara, de Partido de Resina, fue el único que acudió al caballo tres veces, aunque no demostró ninguna clase en la muleta, midiendo mucho al toreo sobre todo por la derecha. El torero pudo instrumentar algún muletazo aceptable con la izquierda. El toro de Adolfo Martín, su segundo, tampoco permitió lucimiento alguno y eso que con el capote humilló, pero fue un espejismo. El toro no dio ningún tipo de facilidades a Sánchez Vara en la faena de la muleta y, además, quedó echo un «marmolillo».

Javier Valverde se las vio con el del Conde la Corte en tercer lugar, manseó de salida y en varas y jamás se empleó en la faena de muleta, permitiendo solo que el diestro le diera algunos ayudados. El que cerró plaza de Fuente Ymbro dio al traste con la corrida por motivos similares a los demás. Únicamente fue al caballo dos veces y Valverde tuvo que despacharlo después de haberlo intentado de tres pinchazos, una estocada y tres descabellos.

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