El cantante algecireño José Barberán presentó el pasado viernes por la noche en la sala La Gramola su debut discográfico, Pase lo que pase. Lo que pasó fue que Barberán disfrutó de lo que él mismo calificó de sueño cumplido, lo que representa un vínculo especial con su trabajo que se notó sobre el escenario y que le sirvió para meterse en el bolsillo a un público ya de por sí entregado.

En algunas ocasiones el cantante, al presentar sus temas, aludió a que quizá ya más de uno sabía de ellos por las redes sociales. Así era desde luego. El salto al directo no necesitó de red, puesto que Barberán cayó de pie y con gracia. La gente le pidió más al terminar su actuación, que se prolongó una hora aproximadamente, y el artista no se hizo de rogar y atacó un fandango a modo de bis.

Lo del fandango no sorprendió a quienes estuvieron en La Gramola, puesto que durante el repertorio ya se arrancó flamenco acompañado por la guitarra de Salvador Andrades. Pero no va de jondo la cosa, sino de un cantautor pop que no se conforma con ello e introduce en varias de sus canciones aires de bossa, salsa o composiciones con un espíritu un punto rockero. En alguna ocasión el artista ha explicado que se siente más cómodo sin encasillarse.

Quizá el repertorio se quedó algo corto, lo que no deja de ser normal en alguien que está empezando. Lo desgranó con una banda de garantías, en la que también estaba la noche del viernes a los techados Juan Galiardo.

Antes de iniciar el concierto José Barberán agradeció a Patricia Cardoso, concejala de Juventud, la colaboración de la delegación en el proyecto. Y durante el directo no dejó de mostrarse cómplice y dar las gracias a su público, formado por un centenar de personas.

Lo que pasó fue lo narrado y lo que habrá de venir la música lo dirá. José Barberán tiene mimbres para que sea lo que decida, además porque es un estilo que conecta con un público potencial amplio.