Cultura

La novela de Gómez Rivero que inspira el corto 'Lágrimas de papel' ve la luz

  • Ángel Gómez Rivero presenta la obra cinco años después de escribirla en un proyecto que incluye el guión adaptado y un cuaderno sobre el rodaje · El acto sirve para homenajear al fallecido Paul Naschy

La pedagogía cinematográfica se tradujo ayer en un homenaje a Paul Naschy en la Escuela Politécnica Superior de Algeciras (EPSA). El protagonista realmente fue Ángel Gómez, de segundo apellido Rivero, que aunque muchos puedan confundirle con el joven cineasta, recientemente reconocido con el premio Algeciras Joven Especial, se trata de su padre. Que lleva muchos años en esto del cine, del lenguaje cinéfilo, de la conquista de un sueño, del poder de un guión.

El acto venía con retraso, y es que ha tardado cinco años en presentarse Lágrimas de papel. Del folio a la pantalla. Un proyecto de corte pedagógico que interesó al Aula del Estrecho y al área de Juventud de Algeciras, pero se quedó guardado en un cajón hasta el pasado día 21, que salió publicado. Recoge la novela, el guión adaptado al corto realizado por su hijo, Ángel Gómez Hernández, y el cuaderno de rodaje, con fotografías de María Vargas. "Una novela que se convertía en película, con la peculiaridad de que era escrita por un padre y realizada por un hijo", de ahí el interés.

El padre y el hijo estuvieron presentes ayer junto a Elvira Primavera, viuda de Paul Nastchy, íntimo amigo de Gómez Rivero, ya que el proyecto escrito se alimenta de muchas anécdotas vividas entre ambos. El cortometraje fue presentado en 2008, de modo que ha corrido tinta desde entonces. Tras este acto se irán al Festival de Sitges a competir con Y la muerte lo seguía, que está incluida en competición oficial.

El autor, que ya cuenta con 24 publicaciones entre ensayos de cine, novelas y antologías de relatos, explicó que Lágrimas de papel es la película "que marcó realmente el punto de inflexión en la carrera de mi hijo". Dio un paso más profesional, "me parecía importante que este libro quedara constancia". Cuenta con 12 novelas inéditas que, tal y como expuso, "por la maldita crisis hay que esperar un poquito, porque son proyectos ambiciosos y cuesta sacar un proyecto adelante". Con Y la muerte lo seguía está viviendo la realidad de una historia que nació en tres días de su cabeza. Su hijo quería un western y lo dejó en manos del talento de Gómez. "Ahora estoy viendo todo lo que me he imaginado. Lo vivo como si fuera un espectador, es una magia especial".

Conoce perfectamente lo que significa un guión adaptado. "Que no se pierda el espíritu de la novela nunca, jamás". Aunque hay muchas variables, la primera el presupuesto. En Y la muerte lo seguía el relato tiene unas 30 ó 40 páginas, "no es una novela como en este caso, pero sí comprende algunos pasajes que al hacerlo en cine habría generado una carestía muchísimo mayor y el proyecto se habría ampliado". "Esta novela es de 100 páginas -Lágrimas de papel-, en un corto de 20 minutos no puedes tener todo. De todos modos es una falsa discusión porque son medios completamente distintos, es como comparar pintura con arquitectura. Pero sí, creo que se respeta el espíritu de la obra, entre otras cosas, porque soy coautor del guión".

Es un orgulloso padre, aunque reconoce con humor que su hijo cada vez se deja guiar menos por él. El lenguaje cinematográfico lo domina el cineasta. Recordó que con apenas 14 años su hijo presentó El perdón, su primer corto, "lo pasó muy mal y tuve que salir al quite. Estaba muy nervioso, y aquella noche lloró y le tuve que decir que si quería estar en esto tenía que echarle pulmón". Actualmente Gómez se ha convertido en un director de referencia en el Campo de Gibraltar y se está haciendo un hueco fuera. "Ahora tiene una autoconvicción total, eso no hace que sea soberbio porque tiene los pies en el suelo. Cuando realiza se transforma".

Gómez tiene muchos proyectos pendientes de ver la luz, no deja de aprender y de darle sentido a todo. "Siempre se dice que el día que te levantes y pienses que no tienes nada que aprender o es un exceso de orgullo o que estás acabad", pero no es su caso.

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