La noche, así la muestra, acabó como acaban las grandes fiestas del flamenco: por bulerías. Un epílogo inmejorable que resume el éxito de un certamen que el año próximo cumplirá cinco ediciones con el impulso de haber triunfado en el número anterior. Con el espectáculo Paco los Flamencos te Cantan concluyó una cita que ha destacado por su versatilidad musical sin alejarse de la esencia, que no es otra que la que impuso el alma de Paco de Lucía. Un numeroso público se reunió en el Parque María Cristina rememorando aquella Fiesta de la Bulería que se celebraba en el mismo lugar hace décadas, sobre todo al participar en la noche artistas de la talla de Enrique Pantoja, bailaor de la tierra que hizo carrera en Madrid y ha dado la vuelta al mundo acompañando a grandes como a Lola FLores, y consiguiendo ser un referente en su escuela de baile.

Salió al final junto a Diego Carrasco, el gurú del compás que realizó un viaje por los temas más populares de su amplia discografía. Este rompedor y exquisita personalidad del nuevo flamenco sabe cómo gustar al público rodeándose de un gran equipo que comparte su mismo lenguaje, esa generación de Santiago que se ha visto claramente influido por el Tate, como se le conoce cariñosamente a quien compartió momentos inolvidables con Camarón y Paco de Lucía. Maloko y Gipsy Rappers mostraron su colaboración entre bulerías y algo de rap.

El jerezano Fernando Soto produjo algunos de los momentos más intensos de la velada

La primera en salir fue Sarayma, joven algecireña que mostró su perfil más flamenco en la actuación que abría la noche. Es importante que se concedan este tipo de oportunidades, en las que descubrimos a una artista que tiene un registro amplio en cuanto a estilos y temas, pero que reivindica su origen flamenco, una artista que empezó paseándose por las peñas flamencas de la provincia y descubriendo estilos como las malagueñas, tientos y tantos, seguiriyas o bulerías, dominándolas sobradamente. Muy buen nivel del guitarrista Manuel Peralta en el acompañamiento.

La otra dama de la noche fue Felipa del Moreno. Su mejor versión aparece en los cantes a compás de su tierra de Jerez, de donde proceden la mayoría de artistas de la noche. Por eso se la ve cómoda en la soleá, y en las bulerías. Pero no podemos olvidar su ronda de tarantas. Estuvo acompañada por Diego del Morao, genial guitarrista que ha creado un estilo envidiado por toda la nueva ola de tocaores flamencos y es piropeado constantemente por los grandes de la guitarra que lo anteceden en el tiempo. El mismo Paco de Lucía no dudó en echarle flores en algunas ocasiones públicamente. Los dos estuvieron a un nivel altísimo, viendo a Felipa en un momento único en su carrera que debe aprovechar.

El jerezano Fernando Soto -discípulo directo de La Faraona- produjo algunos de los momentos más intensos de la noche en un despliegue de arte sensacional. La copla, como Amor, Amor o Te he de querer mientras viva, la rumba flamenca o las bulerías fueron su repertorio, en el que vimos a un clavel moreno pasearse por el escenario como pocos son capaces, con una grandeza especial y una elegancia que encandiló al respetable. Estuvo acompañada por Sandra Rincón, a los coros, Pepe del Morao y Mario Parrana, a la guitarra, Carlos Merino, a la percusión, Manuel Casado, al piano, y Juan diego Valencia, a las palmas.

¡Y cómo no! Capullo de Jerez fue el verdadero triunfador de la noche con sus aires festeros que hicieron bailar en la propia silla a parte del público. Sus bulerías para escuchar, fandangos, tangos, rumbas y bulerías se han convertido en santo y seña de una juerga flamenca y de los festivales de veranos, que en Algeciras han gustado desde siempre. La extraordinaria guitarra de Manuel de Periquín, las palmas Juan Diego Valencia y José Peña, consiguieron aunar profundidad y soniquete en un artista que sigue defendiendo una personalidad única.