El director del Festival de Málaga. Cine Español, Juan Antonio Vigar, hizo ayer referencia al "evidente" impacto económico que genera en la ciudad este certamen. "En definitiva, se ha cumplido con la idea del festival sobre la utilidad, cercanía y coherencia; por lo que vamos ganando futuro", dijo Vigar en la que fue su primera edición como máximo responsable.

Preguntado por qué cosas se pueden mejorar, el director comentó que este año "iba a ser de retos", como crecer en contenidos y en complicidad con el cine español, algo que "hemos ido logrando". En este punto, remarcó que también "han aparecido cuestiones que analizaremos y valoraremos de cara a acentuar o enfatizar lo que nos parece que ha ido bien y corregir lo equivocado". No obstante, consideró que "no es un problema de limar pequeños detalles de funcionamiento dentro del festival", sino de "reinventar" el certamen, que, como señaló, "es el gran reto e ilusión que tengo".

Por otro lado, y tras ser cuestionado por si asusta defender un festival cuando hay pocos espectadores en las salas, Vigar apuntó que "más que vértigo, lo que hace es incentivar aún más el deseo de arrimar el hombro y que todos trabajemos más en la dirección que deseamos". A su juicio, la situación que se vive en las salas no es específica del cine español, pero "entiendo que festivales como éste se convierten en cauces e instrumentos más necesarios". "De alguna manera, estamos en tiempos difíciles haciendo cada uno, desde nuestra parcela, lo que nos toca hacer", reiteró el director.

De igual modo, Juan Antonio Vigar se refirió al palmarés de esta edición del certamen y dijo que premiar filmes como Stockholm, financiado a través de micromecenazgo, significa "que son productos audiovisuales estupendos y que el festival no tiene demasiado temor de hacer apuestas por películas que, aunque su formato de producción sea más reducido, tienen un nivel de calidad artística extraordinario".