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Jesús Méndez y su flamenco hacen vibrar al Cante Grande

  • El jerezano, muy bien acompañado por Manuel Valencia, triunfa con su arte de ensueño en el recital de la XV Distinción que otorga la peña

Jesús Méndez, durante el recital acompañado al toque por Manuel Valencia en el Cante Grande.

Jesús Méndez, durante el recital acompañado al toque por Manuel Valencia en el Cante Grande. / reportaje gráfico: jorge del águila

El cantaor jerezano Jesús Méndez no defraudó para nada las altas expectativas que la afición flamenca tenía puestas en él. Es toda una figura en la no muy extensa lista que recoge los más poderosos y puros intérpretes de este arte ancestral. Personalidad. Entrega. Honestidad. Son muchas las cualidades del sobrino de la mítica Francisca Méndez Garrido, la Paquera. Y todas ellas las exhibió este artista en el transcurso del recital por la XV Distinción Flamenca, que la Sociedad del Cante Grande de Algeciras entregó a su paisano José María Castaño, director del programa de radio Los caminos del cante.

Este espacio está a punto de cumplir un cuarto de siglo en las ondas. Nació y se sigue realizando en Onda Jerez, pero su periodicidad diaria forma parte de la programación de las emisoras municipales de Andalucía (EMA).

El cantaor muestra todo el dolor de la mina en una taranta muy profunda

Méndez hizo toda una demostración de fuerza y poder. Concitó la atención y ese silencio y respeto tan misteriosos en el marco de una entidad flamenca abarrotada, que volvió a lucir hasta la bandera de público como en las mejores ocasiones de su casi medio siglo de historia. Y ojo, con gran afluencia de jóvenes seguidores del flamenco, un sector de edad que constituye legión entre los más fervientes simpatizantes de este artista.

El cantaor mostró todo el dolor de la mina en una taranta muy profunda y gustó su aire por alegrías, si bien rozó el sobresaliente en el conjunto general de su presencia ante el respetable. Por fandangos y por bulerías mostró tanto sus capacidades como todo el margen de crecimiento que aún tiene por delante. Su voz, hoy por hoy, alcanza un equilibrio casi perfecto entre la potencia, la dulzura y la riqueza de matices. Nada de lo que hace sobre el escenario es indiferente. Y eso muy poquitos lo tienen.

Si a todo este bagaje añadimos la ejecutoria a la guitarra del también jerezano Manuel Valencia, podremos hablar ya entonces de la cuadratura del círculo. Pese a su juventud, el tocaor es un seguro de belleza a todo riesgo. Su guitarra, firmada con trazo negro de rotulador indeleble por Paco de Lucía, se erigió en la mejor compañera de la noche para la voz de Jesús Méndez. El cantaor se aventuró varias veces más allá de los micrófonos. Y cerró así una actuación para el recuerdo. Acabó aclamado por el público.

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