Cultura

Hernández convierte el pregón de la Feria del Libro en una cita de amigos

  • El Premio Andaluz de las Letras ofrece una íntima charla en Algeciras de la mano del CAL

El actual Premio Andaluz de las Letras, Antonio Hernández, convirtió ayer el claustro del edificio José Luis Cano de Algeciras en un encuentro de amigos, de los cabales. Estaba en la ciudad con motivo de la XXVIII Feria del Libro invitado por el Centro Andaluz de las Letras (CAL), en su mano 17 folios a modo de pregón, aunque ya no sabía cómo catalogar la cita. Reconocía que pensó que sería otro tipo de acto y como la concurrencia fue íntima y bien avenida, se deshizo del guión y empezó a escribir con su voz una nueva historia.

"Queridos amigos", pronunció, una vez alejada la confusión con humor, en vez de aquello de "dignísimas autoridades", "no sabía si era pregón, conferencia o recital de poesía". Si bien, expuso uno de sus lemas, la célebre conjura de "lo bueno si es breve, dos veces bueno". El premiado en Andalucía por su última obra Nueva York después de muerto puso el acento sobre Algeciras, donde hay muchas personas relevantes desde Almanzor a Juan Pérez Arriete, al que se homenajea en esta edición de la feria. Mencionó sin duda a Paco de Lucía.

Saltándose evidentemente su discurso recordó su premio Adonais, apuntando que "hubo un algecireño que confió en mi", en referencia a José Luis Cano, presidente del citado premio. "Desde Arcos -su tierra natal- mandé mi libro, incauto, con la suerte de que Cano me recibió en Madrid en su despacho y me dijo que le gustaba mi obra". Ganó y formó parte de la colección Adonais, lo cual para Hernández fue su "alternativa". Sobre ello expresó que "a veces salta la liebre, hay que mandar los libros sin miedo al ridículo".

Fue completando su "pregón" entre anécdotas, incluso hizo alusión al Quijote, "la novela de humor más importante y trascendente". Entre el público estaba Enrique Pérez, sobrino nieto de Arriete, que pudo escuchar del brillante poeta de Arcos como se deshacía en recuerdos sobre el que fuera cronista oficial de Algeciras. Demostró sin duda Hernández su capacidad de memoria, recitando versos, a modo de cuarteta en algún caso, del propio Arriete. Intentando ser breve, pero con la necesidad "de justificar mi presencia", relató con humor, fue dando consejos, esos sí aparecían entre sus folios.

Con Hernández estaba la concejal de Cultura, Pilar Pintor, el presidente del Ateneo José Román, Juan Emilio Ríos Vera, y la escritora algecireña, Paloma Fernández Gomá. El edil algecireño reconoció la universalidad del pregonero de la feria de la ciudad. "Cultiva con la maestría de los grandes creadores". Apuntó que es Premio Nacional de Poesía, lo cual declaró como "un honor para esta apertura oficial y regresa a Algeciras para seguir cautivando nuestro corazón". Aprovechó así para anunciar que la próxima cita que promueve el CAL será el 4 de mayo en el José Luis Cano con Alfonso Domingo.

Por su parte, Ríos Vera sintió a su lado la gran emoción de presentar a una persona que ha influenciado en su vida y su obra. Expresó la gran relevancia que tuvo para él recibir el premio Aljabibe de sus manos, más siquiera que la proyección del galardón. "Es uno de los autores que más me ha enseñado con su actitud". Recogió unas palabras de Hernández que decían que "en poesía hay que exponerse", palabras que ha abanderado y tomado como el mayor consejo que se le puede dar a una persona.

Fernández Gomá tomó la palabra para hacer una reseña de la trayectoria del escritor y poeta de Arcos. Añadió a su palmarés el Premio Bellas Artes en 1980 de manos del Rey o el Fernando Lara de novela. A palo seco, Sagrado forma o Habitación en Arco forman parte de su prolífica creación. "El compromiso con el hombre es una constante en él".

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