Cultura

Adiós a Jonathan Demme

  • Muere de cáncer de esófago el director de 'El silencio de los corderos'

El cineasta estadounidense Jonathan Demme, fallecido ayer a los 73 años.

El cineasta estadounidense Jonathan Demme, fallecido ayer a los 73 años. / d. c.

En las películas de Jonathan Demme siempre hay algún momento en el que el protagonista mira a cámara, a un punto levemente desplazado del centro de la lente, gesto de extrañamiento del dispositivo que encierra una suerte de desafío al espectador, de reto o búsqueda de complicidad en la experiencia del miedo, el horror, el dolor o el sufrimiento. El cineasta, fallecido ayer a los 73 años en Nueva York como consecuencia de un cáncer de esófago, establecía así una suerte de pequeña marca personal a lo largo de una filmografía ecléctica, escurridiza y desigual aunque repleta de picos de excelencia y reconocimiento popular.

Y no sólo en la ficción, donde dejó algunos títulos importantes para la regeneración posmoderna del cine de género en el corazón de Hollywood como la hitchcokianaEl eslabón del Niágara (1979), la turbia y eléctrica Algo salvaje (1986), la comedia mafiosa Casada con todos (1988), la referencial e influyente El silencio de los corderos (1991), la melodramática y comprometida Philadelphia (1993), la adaptación de la novela sobre la esclavitud de la Nobel Toni Morrison Beloved (1997) o las nuevas versiones de Charada (La verdad sobre Charlie, 2002) y El mensajero del miedo (2004), sino también en los márgenes del cine documental, con aquella memorable filmación de un concierto de Talking Heads (Stop Making Sense), en sus varios acercamientos al rockero canadiense Neil Young (Heart of Gold) e incluso a nuevos iconos pop como Justin Timberlake (Tennesse Kids), o en su vocación más viajera y política en títulos como Swimming to Cambodia, The Agronomist o Man from Plains, su retrato del presidente Jimmy Carter.

Entre sus títulos más recordados, 'Algo salvaje', 'Casada con todos' o 'Philadelphia'

Curtido en la serie B junto a Roger Corman (Caged Heat, Crazy Mama y Fighting Mad), Demme compartía generación y orígenes con los Coppola, Scorsese, De Palma, Sayles y compañía aunque nunca gozó del mismo prestigio cinéfilo de aquellos. Tal vez porque se decantó pronto por dar un paso atrás en las aspiraciones autoriales para ponerse al servicio de los guionistas y las estructuras del género, casi siempre con profesionalidad y eficacia, lo que en cualquier caso le granjearía respeto, reconocimientos y premios importantes (ganó el Oscar a la mejor dirección por El silencio de los corderos en 1992).

Se le recordará también como director de anuncios y videoclips (Philadelphia, de Bruce Springsteen), como maestro y mentor de jóvenes cineastas, como inquieto explorador de nuevos terrenos y estéticas (en 2008 se sumaba a cierto espíritu indie en la nueva era digital con La boda de Rachel) y como el tío del malogrado Ted Demme (1963-2002), director de la estupenda Beautiful Girls.

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