Al menos siete personas murieron y otras dieciséis resultaron heridas al estallar un coche bomba en un control policial, informaron fuentes oficiales.
El ataque suicida se produjo en la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Anbar y a unos 110 kilómetros al oeste de Bagdad. Fuentes policiales dijeron que entre las víctimas hay civiles y agentes policiales, y entre los heridos hay mujeres y niños. Se confirma que dos de los muertos y cinco de los heridos son policías.
Las fuentes dijeron que la explosión se produjo cuando el suicida se acercaba con su vehículo al control policial.
El ataque coincide con un incremento de la violencia en Iraq, especialmente en las zonas del norte del país, expuestas frecuentemente a las acciones terroristas entre los distintos grupos étnicos.
También se produce días después de que los soldados de EEUU destinados a Iraq abandonaran a fines de junio los centros urbanos, cuya seguridad ha quedado a cargo del Ejército y la Policía de Iraq.
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