Es una de las facetas que menos trasciende de la actividad de Manuel Morón, el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA). Por su despacho raro es el día en el que no se aborda la situación laboral en alguna de las compañías que trabajan en la dársena del Estrecho con el fin de evitar males mayores. "Es una labor que se debe llevar con sigilo. Nuestro deber es ayudar para preservar la paz social", reconoce Morón. 

Porque para un puerto como el de Algeciras, enclavado en un punto geográficamente privilegiado para las rutas del comercio internacional pero que apenas a unas millas náuticas cuenta con una fuerte competencia por infraestructura y perfil de tráfico, Tánger-Med, un clima laboral estable debe ser el primer objetivo. "Es el primer atributo que las navieras piden a un puerto hub -de redistribución de carga y transbordo- como el nuestro. Quieren fiabilidad para cargar y descargar sus mercancías a tiempo. Por encima incluso de los costes", explica Morón. 

De ahí la importancia de que todo el engranaje laboral se mantenga sin chirridos para que la logística cumpla con los siempre ajustados plazos de entrega. "La explicación de la necesaria paz social es simple. Un armador tiene miles de contenedores y de clientes que, en caso de conflicto, trastocan la logística de medio mundo", agrega. 

Para el presidente del puerto de Algeciras, la dilación a la hora de afrontar la reforma nacional de la estiba ha provocado incertidumbre que, espera, no derive en conflictos laborales. "Hay que resolverlo cuanto antes, cumpliendo la Ley y los derechos de los trabajadores. Confío en los dirigentes de todas las entidades que deben negociar. Han dado siempre muestras de sensatez", valora mientras desea esa misma sensatez en la negociación del convenio local. Sobre TTI Algeciras, el puerto dice estar abierto a mediar en su convenio. "He insistido a las dos partes para que negocien lo antes posible", concluye.