La Línea

Calle Real, el embrión de La Línea (III)

  • Siglo XX. La transformación del epicentro de la ciudad pasa por el cambio de su oferta comercial, pero destaca la aparición de los ‘casinos’, algunos de los cuales aún perduran en el día de hoy

CONTINUANDO con los comercios en el punto exacto en el que lo dejábamos una semana atrás, el paseante se encontraba con los:                       

 

Establecimiento coloniales

En el año 1899 el establecimiento de comestibles, paquetería, quincalla, camas de hierro y artículos de novedad, de José Sánchez Medina de San Roque, establece una sucursal en La Línea, calles Real y Moral 10 y 12, local en donde años más tarde se instalaría la pañería “La Ciudad de Londres”, siendo ésta la única tienda de comestibles conocida en la calle en el transcurso de todos los tiempos.

 

En el mismo año y en el número 79, esquina a la Plaza de la Iglesia, se encontraba el gran almacén de harinas y cereales de “Francisco de Grandy y Duarte”. En este viejo edificio, estuvo primeramente la estafeta de Correos y,  posteriormente, la Telefónica de La Línea.

Médicos y farmacias

Entre los médicos que residieron en la calle Real figura don Francisco Escobar Garrido en 1899. En 1915 un periódico linense el “Pero Grullo”, publica el siguiente anuncio: 

Dr. García Carrillo.- Enfermedades secretas. Calle Real, frente al teatro.

Por los años 30 en esta calle se encontraba instalada  la Farmacia y Laboratorio de Análisis Clínicos de Máximo Muñoz López, la cual desapareció en esta misma década. Pero ya en 1902 residía en esta calle un licenciado en farmacia que se llamaba Manuel Fernández, aunque en esa fecha no existía ninguna farmacia en la misma. Hasta que por los años 40 se establece la farmacia Central de Luis Medina. También existía  el Laboratorio de Análisis Cínicos de J. Bonelo.

Pompas fúnefres

En el siguiente anuncio comercial publicado:

LA FUNERARIA.- Agencia de Pompas Fúnebres de Pedro Vázquez. Calle Libertad número 57. Esta Agencia tiene un gran depósito de ataúdes de madera de todas clases; coronas de flores artificiales, de hierro y porcelana en todo género de cera y otros efectos comprendidos en esta industria, y además todo lo necesario para decorar una sala mortuoria.

También se encarga de todas las diligencias oficiales y no oficiales, coche fúnebre y todo lo concerniente a un funeral con mucha economía, esmero y prontitud”.

Casinos

Entre los casinos y entidades políticas y recreativas que han existido en esta calle podemos contar por orden de antigüedad según los datos de Francisco Tornay; el  “Casino Linense “(o Casino de La Línea) año 1.887, “Casino de Artesanos” del que en el año 1891 constituía su junta directiva los señores Ángel Carrera como presidente honorario, Rafael Corona España, presidente efectivo, vice-presidente Joaquín Delgado Santillana y tesorero Ramón Amaya Delgado.

El “Casino Liberal” que en el año 1893 tenia su sede en el numero 35. Estos casinos en aquellos años, eran los centros de reunión de las familias mas acomodadas y políticos de finales de siglo pasado, celebraban sonados bailes de sociedad, como por ejemplo el de la “Candelaria” con asistencia de familias de Gibraltar y San Roque, así como recitales de canto y música, “El Casino de La Línea” creemos que sobrevivió hasta los años 20, precisamente en el lugar en que el año 1925, se constituía el Circulo Mercantil, edificio que proyectó el entonces joven arquitecto municipal de La Línea, Gaspar Blel Zarazaga.

El Casino de La Línea, también estuvo en una época en un edificio de planta baja donde hoy se encuentra el Banco Español de Crédito. Igualmente el Circulo Mercantil por el año 1924 ocupaba el edificio contiguo, que luego fuera el casino recreativo “Aurora” hasta el año 1936, local que luego ocupó “Radio Juventud” y Educación y Descanso.

En este centro de recreo el lugar de reunión de todos los comerciantes e industriales de la población, así como de cuantos forasteros concurrían a la misma, que encontraban en dicho casino una hospitalidad franca y cariñosa, una serie de comodidades que nada tenía que envidiar a las de las sociedades similares de las más importantes capitales.

La fundación del Casino de La Línea data del año 1911, y puede decirse que desde esa fecha representó un factor indispensable en la vida de la población, figurando siempre a la cabeza de todos los movimientos del comercio y de las fuerzas vivas de la ciudad cuando hubo que acudir a los poderes públicos en demanda de algo beneficioso para la misma. 

Fue presidente de honor del Casino el diputado a Cortes por el distrito, José Luis de Torres, cuyas campañas en beneficio de la población fueron siempre constantes y, la mayor parte de las veces, acompañadas del más completo éxito, por lo cual gozaba de una justa popularidad; siendo esta distinción honorífica que le concedió la mencionada cociedad un premio a su laboriosidad.

En 1922  componían la directiva del Casino de La Línea personalidades tan salientes como:  José Ortega Cerón (presidente), José Vegazo (vicepresidente), Antonio Garrese Rodríguez (depositario),  Miguel García Ramírez (bibliotecario), Angel Torres González (secretario) y José Ramírez Maresco, Eligio Fernández Quiñones Maximiliano Ramírez González,  Rogelio Ramírez González, Trinidad Cruz Herrera, José Trujillo Delgadillo, Laureano Amaya Zamora, Aurelio Danino Peliza, Jacinto Jurado Durán  Manuel J. Gómez (vocales).

Todos ellos ponían el mayor entusiasmo en el desempeño de sus cargos, procurando que sus consocios encontraran en el local del casino distracciones y comodidades, así como un personal subalterno encargado de todos los servicios.

Una de las causas que más han contribuyó a fomentar las simpatías y popularidad de que gozaba el Casino de La Línea fue  su generoso desprendimiento al acudir en auxilio de las clases menesterosas siempre que por cualquier causa se ha exacerbado la miseria en la población, invirtiendo en tales casos importantes cantidades en facilitar a los pobres abundantes y buenos alimentos.

En cuanto a fiestas organizadas para el esparcimiento de los socios y sus familias, este casino celebraba bastantes de ellas durante el año, revistiendo las mismas un carácter sumamente  simpático y reinando en ellas una gran cordialidad y armonía; por lo cual constituían un gran triunfo para los directivos del casino, que en estos acto se desvivían por atender a cuantos concurrían a los salones. 

Cuando celebraba La Línea de la Concepción su Feria, el casino podía decirse que era el punto de reunión al que acudía el forastero, el que en aquellos amplios salones encontraba por parte de todos los socios esa afectuosa acogida que el andaluz dispensa siempre al que le visita, y que, como sabe el que ha estado, aunque haya sido nada más que unas horas, en Andalucía, se traduce en atenciones sin número.

Y terminando por hoy podemos contar, que  en esta misma acera donde se encontraba el casino y junto a la librería de Tabera, estaba el club taurino “Joselito”, enfrente otro club también taurino llamado “Chicuelo” en ambos locales habían cabezas de toros disecadas y grandes retratos de los diestros.

También por los años 30 y en el edificio de dos plantas que ocupaban las oficinas y despachos de billetes de la Renfe, entre Pérez Ponce y El precio Fijo, se encontraba el “Casino de la Unión Republicana”. 

Y con respecto a la ya también veterana Unión Cultural Deportiva Linense la más joven residente en la calle Real, esta entidad se fundo el día 24 de diciembre de 1922 y después de recorrer varios locales de La Línea, fijo su residencia en esta el día 3 de junio de 1942.

Continuará ….

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