La Línea

El Bulevar, una década de tira y afloja

  • Las obras para transformar la avenida 20 de abril en una zona comercial de referencia comenzaron en 2007, pero la paralización de la segunda fase truncó las expectativas

El Bulevar 20 de abril nació con la idea de que hubiera un centro comercial abierto en el camino de conexión entre el centro de la ciudad y Gibraltar. La intención también era que la revitalización de esta zona sirviera para que ciudadanos de uno y otro lado de la Verja tuvieran una zona comercial y de esparcimiento y que también atrajera a La Línea a turistas con destino al Peñón. Pero el hecho de que no se terminara de edificar la segunda fase hizo que este proyecto consiguiera justo lo contrario, el malestar de los vecinos y una mala imagen para todo aquel que se dirige a Gibraltar desde el centro o desde la estación de autobuses. Ahora el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para rescatar la concesión para retirar los hierros y tejados abandonados e instalar bancos y árboles en la zona.

La concesión del Bulevar fue aprobada en pleno en noviembre de 2006 con el voto en contra del PSOE. Garmi Construcciones se hizo con la adjudicación. Según el pliego de condiciones, debía acometer la construcción de 62 módulos comerciales, que serían explotados durante 75 años por un canon anual de 1.250 euros por cada establecimiento. El PP de Juan Carlos Juárez defendía que esta nueva zona comercial iba a reportar muchos beneficios a la ciudad y confiaba en que la empresa realizaría importantes mejoras en este lugar. De esos 62 sólo se construyeron 39, que en la actualidad acogen a distintos comercios, y se quedaron a medio construir 23, que son los que se demolerán en próximas fechas.

Las obras comenzaron en julio de 2007, con algún retraso, después de que finalizaran las obras de los aparcamientos subterráneos que hay en esa misma zona. Por entonces nadie tenía problemas económicos y en la ciudad se llevaron a cabo varias obras, entre ellas la reforma de la plaza de la Constitución y el puente de Hércules, por los que el Bulevar tendría continuidad hacia el centro.

Durante las obras Aldepama denunció que los trabajos no se habían parado a pesar de que se habían encontrado restos arqueológicos, aunque el Ayuntamiento y la empresa constructora lo negaron e indicaron que se trataba de antiguas tuberías.

Estaba previsto que el Bulevar abriera sus puertas en la Navidad de 2007, pero no fue hasta bien entrado el año 2008 cuando comenzaron a abrir algunos negocios de la zona más cercana a la Verja, denominada por Garmi como primera fase. Los trabajos se quedaron a medias en la zona más cercana a la barriada de Bellavista. En la primavera de 2009 el Ayuntamiento se planteó la posibilidad de que el municipio se hiciera cargo de terminar los trabajos, ante la imposibilidad de la constructora, que luego abonaría el coste de los mismos.

En junio de ese año los vecinos de Bellavista protestaron en varias ocasiones porque también se quedó sin construir un acceso a vehículos a esta barriada y porque ya se estaban acumulando basuras y escombros en las obras. También por entonces el PSOE pidió al Ayuntamiento que rescatara la concesión del Bulevar porque Garmi aún no había abonado el canon de instalación de los módulos del año 2008 -1.250 euros por cada uno- y tampoco había liquidado el del año 2009.

La empresa respondió que las obras se terminarían y que las cantidades serían satisfechas y pidió disculpas a los vecinos afectados. En julio parecía que se iban a retomar las obras de esa segunda fase, pero solo fue un amago. A principios de 2010 el entonces alcalde, Alejandro Sánchez, mantuvo encuentros con los responsables de Garmi, que reiteraron su intención de retomar los trabajos. Una de las principales quejas de los vecinos era la falta de iluminación, que mermaba la seguridad en la zona.

El Bulevar llegó a ofrecerse como medida temporal para los vendedores del mercado mientras que llevaba a cabo la construcción del nuevo, otro proyecto que tampoco fructificó por la protección como Bien de Interés Cultural del edificio. En junio de 2010 la empresa indicó que se habían retomado las obras y que estarían listas en unos dos meses. En noviembre de ese año el PSOE denunció un nuevo retraso, mientras que el Ayuntamiento aseguró que sólo restaba colocar los cristales de los módulos.

Pero en enero de 2011 el pleno aprobó el inicio de un procedimiento sancionador a la promotora, que tenía que haber finalizado las obras en 18 meses, es decir, en mayo de 2008. Los técnicos municipales verificaron que aún estaba pendiente de realización el 15% de la obra, ya que faltaba por ejecutar una glorieta, un colector de impulsión y parte de la pavimentación.

En mayo de 2011 el PSOE accedió a la Alcaldía. Aunque en su programa recogía la fiscalización de las concesiones, el equipo de Gemma Araujo no hizo nada por mejorar esta zona de la ciudad. En un pleno celebrado en noviembre de 2011 se impuso a la concesionaria una multa de 15.000 euros, pero durante el resto del mandato excepto Izquierda Unida nadie se preocupó por estas construcciones.

El actual equipo de gobierno ha mantenido algunas reuniones con el concesionario, pero no han dado el resultado esperado. Ahora, al iniciar el proceso de rescate de la concesión, el Ayuntamiento subrogará los puestos que actualmente están funcionando y retirará la zona inacabada.

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