Las consecuencias del Brexit

Reino Unido presiona a Exteriores para que relaje el control de paso de los británicos desde Gibraltar a España

Alumnos de la Policía Nacional, en su acto de ingreso en la Comisaría de La Línea, junto al Peñón, en julio de 2023.

Alumnos de la Policía Nacional, en su acto de ingreso en la Comisaría de La Línea, junto al Peñón, en julio de 2023. / Erasmo Fenoy

Las autoridades británicas están presionando al Ministerio de Asuntos Exteriores para que España relaje los controles de paso de miles de ciudadanos británicos residentes en Gibraltar, por no censados en la colonia de manera oficial, que como consecuencia del Brexit no pueden pasar por la Verja sin un motivo justificado. Según diversas fuentes consultadas por esta redacción, el argumento esgrimido por los británicos es la supuesta inminencia de un acuerdo entre la UE y Reino Unido que regulará el estatus del Peñón en el seno de los 27. No obstante, en la Verja se mantienen a día de hoy los controles propios de una frontera exterior, ajena al acuerdo de Schengen, excepción hecha de los ciudadanos de la colonia.

Para entrar en la UE, los ciudadanos de terceros países deben justificar el objeto de su visita, las condiciones de esta, su tiempo de la estancia prevista y disponer de medios de subsistencia suficientes

Desde el 1 de enero de 2021, los nacionales británicos que quieran entrar en España, como ocurre con cualquier ciudadano de un tercer país ajeno a la UE, deben tener su pasaporte en vigor y cumplir con los requisitos establecidos en el Código de Fronteras Schengen, entre los que está la necesidad de justificar tanto el objeto como las condiciones y tiempo de la estancia prevista, así como disponer de medios de subsistencia suficientes. Aunque exentos de visado, su estancia no puede superar los 90 días por periodo de 180, sea en una o en varias visitas.

Desde la salida de Reino Unido de la UE, esa situación afecta en Gibraltar a todo aquella persona que no figure como residente, incluidos los millares de militares destinados en la colonia, los numerosos turistas llegados a bordo de cruceros o de aviones y los profesionales que trabajan de manera temporal en el Peñón. Este hecho provoca con alguna frecuencia que muchas de estas personas sean paradas en la Verja sin que las autoridades policiales españolas les permitan cruzar en aplicación de las citadas normas, al tratarse de una frontera exterior de la UE. El hecho de que España permita a los gibraltareños no cumplir con esas condiciones supone, en la práctica, una anomalía sin amparo normativo alguno ante la que todos hacen la vista gorda.

Una pista sobre la presión que se ejerce sobre los miembros de la Policía Nacional desde Reino Unido la ofreció el pasado 30 enero la web gibraltareña de información Panorama, alineada tradicionalmente con las posiciones defendidas por el gobernador y comandante en jefe de Gibraltar, es decir, el representante de la Corona británica. "Spain serves Schengen a la carte" (España sirve Schengen a la carta), titulaba ese día de forma metafórica la citada publicación, que aseguraba a renglón seguido que el Gobierno español hace una interpretación sui generis del Código de fronteras europeo.

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En un extenso artículo, la web llanita comparaba los requisitos exigidos a los británicos en la Verja con los laxos controles que, por ejemplo, disfrutan quienes viajan desde cualquier punto de Reino Unido a Francia o Bélgica. “Ningún estado Schengen de la UE aplica las reglas en contra de los ciudadanos británicos de esta manera, e incluso España no aplica esas reglas en otros puntos de entrada, puertos y aeropuertos”, aseguraba.

La tesis de Panorama no es nueva, pero obvia una cuestión fundamental: la Unión Europea y Reino Unido sí cuentan -desde noviembre de 2019- con un tratado internacional que regula sus relaciones tras el Brexit. Y ese acuerdo excluye de forma expresa todo lo referente a la colonia británica, que estará sujeta al acuerdo que permanece en fase de negociación desde octubre de 2021.

Los policías españoles que prestan sus servicios en la Verja padecen de forma directa las presiones

Los policías españoles que prestan sus servicios en la Verja padecen de forma directa las presiones existentes al tratarse del último eslabón de la cadena. Si bien no hay instrucciones por escrito para que se aplique a los británicos el mismo régimen de control de paso que a los gibraltareños, algunos agentes, consultados por esta redacción, admiten haber recibido sutiles instrucciones a ese respecto. En cualquier caso, dichas sugerencias han surtido escaso efecto dado que las fuentes consultadas mantienen que la Policía Nacional sigue exigiendo el pasaporte y demás documentación acreditativa a todos los ciudadanos no pertenecientes a la UE.

Policías “opacos” tras un cristal

Obviamente, la situación ha estado muy presente en los contactos habidos a nivel técnico entre delegaciones de Reino Unido y España para derribar la Verja y dar paso a la llamada “área de prosperidad compartida”. A la hora de tratar las futuras fórmulas de control de paso en el puerto y el aeropuerto gibraltareños de los ciudadanos ajenos a países de la UE, la parte británica ha pedido que los policías españoles, pese a ser garantes del control de las fronteras exteriores de la Unión, se sitúen tras una pantalla de cristal opaca a ojos de los visitantes, de tal forma que su presencia sea invisible.

La propuesta, “denigrante e inaceptable” a ojos de los representantes españoles asistentes a esas reuniones, es reflejo de la percepción existente al otro lado de la mesa de negociación sobre el papel que debe jugar la Policía Nacional.

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