Familiares, amigos y compañeros del Royal Gibraltar Regiment despidieron ayer al soldado Matthew Ian Boyd, supuestamente asesinado el pasado domingo 8 de mayo en una calle de la localidad galesa de Brecon, con un emotivo funeral celebrado en la catedral anglicana de la Santísima Trinidad de Gibraltar.

El cortejo fúnebre transcurrió, entre la plaza de Casamates y el citado templo, frente a numerosos ciudadanos y distintos miembros de los servicios esenciales que apenas podían contener su dolor puestos en pie a lo largo de la vía. Muchos de ellos conocían al joven soldado (sólo tenía 20 años), que fue descrito por el coronel López Ivor, comandante del Royal Gibraltar Regiment, como un "soldado muy popular que era una fuente constante de ánimo y buen humor". Durante su emotiva interlocución, López Ivor glosó la vida del soldado Boyd y recordó que se había unido al regimiento cuando tenía sólo 17 años. Desde abril de 2013 alcanzó el rango de cabo después de completar su curso de infantería de combate en el Centro de Formación de Infantería en Catterick. "El soldado Boyd encajó inmediatamente en el regimiento y rápidamente se reveló a sí mismo como un soldado dedicado y competente en el que siempre se podía confiar para trabajar duro y que brillaba en cualquier situación. Su entusiasmo y afable carácter le hizo brillar dentro de su pelotón", relató.

"Amaba a su trabajo, pero por encima de todo, le gustaba estar en la compañía de sus muchos amigos cercanos que lo consideraban como un hermano. Su muerte prematura y trágica ha dejado un profundo vacío en el regimiento".

Además de los integrantes del Royal Regiment acudieron al sepelio miembros de la Royal Gibraltar Police, el servicio de aduanas, los ministros del Gobierno, entre ellos el viceministro principal, Joseph García, y gobernador, teniente general Edward Davis y su esposa, Lorraine.

Tras el acto se celebró un funeral privado para sus personas más cercanas.

Matthew Boyd se encontraba en Gales realizando maniobras con el Royal Regiment cuando fue encontrado inconsciente en una calle de la localidad de Brecon en torno a la una de la madrugada del domingo 8 de mayo. Más tarde murió en el hospital a consecuencia de varias heridas y golpes recibidos supuestamente por Jake Vallely, un hombre de 23 años que fue detenido ese mismo día había sido acusado formalmente del asesinato del soldado. Además, un segundo detenido, un joven de 22 años de nombre Aaeron Evans, fue acusado de participar en la pelea que desencadenó en la muerte del militar.