Peñarroya pueblonuevo - ud los barrios · la crónica

La Unión, un no muerto (1-1)

  • Los barreños arrancan un punto en Peñarroya en el partido más flojo de Yiyi y aplazan el descenso al caer el Marinaleda. El cuadro gualdiverde, con 14 futbolistas, enlaza cuatro jornadas sin perder

La UD Los Barrios esquiva el descenso matemático una semana más, lo hace tras lograr mantenerse alejada de la derrota por cuarta semana consecutiva al empatar ante un Peñarroya que dio un paso atrás en su intento por lograr la salvación. Los gualdiverdes se libraron por la derrota en casa del Marinaleda ante Los Palacios que mantiene a los sevillanos con 35 puntos, cifra que los barreños pueden igualar si vencen todos los partidos; pero además tendrían que superar en el gol average al conjunto marinaleño que en la primera vuelta venció 3-1. En resumen, la Unión está en esa zona entre el descenso virtual y matemático y en cualquier caso inevitable.

Por eso el análisis del conjunto que dirige Diego Pérez Yiyi va por otro lado. Los Barrios es ahora un equipo más complicado de meter mano, no comete esos errores de prebenjamines y anota en todo los encuentros. En el duelo de ayer tuvo esa fortuna que le ha faltado otras veces y dos tiros a los palos impidieron una derrota que hubiese sido justa por ocasiones.

La mañana no empezó bien. El conjunto barreño llegó con la hora justa al Casas Blanca de Peñarroya y con dos jugadores menos: Dani Ávalos y Espínola llamaron sobre las 6:00 de la mañana para comunicar al presidente que se quedaban en casa. La Unión viajó con 14 jugadores.

Los primeros compases del partido fueron descompasados, muchas precipitaciones, la pelota quemaba. Ya sobre el cuarto de hora el conjunto local, el verdaderamente necesitado ayer, logró templarse y tomar la iniciativa en ataque. La Unión, bien plantada en estos minutos, repelía los ataques esporádicos del conjunto minero. En la veintena de minutos, el Peñarroya concentró una serie de ocasiones para anotar. Una triangulación entre Hugo y Javi acabó con un zapatazo de este último pero la pelota se fue desviada. Aviso de los cordobeses que encontraron la forma de hacer daño con relax en su juego. En el 24', un minuto después, un error grave defensivo, de esos que se solían tener en tiempos atrás, provocó una clara oportunidad de Ezequiel que elevó el balón y lo estrelló en el palo. La más clara de los primeros cuarenta y cinco minutos. Perdonan los mineros.

Las llegadas gualdiverdes eran débiles, la más clara la tuvo de cabeza Adrián Cabello, en ocasiones, demasiado solitario en terreno enemigo y sin ayuda de las bandas, desaparecidas.

En la segunda parte, el conjunto de Pedrito salió con intención de echarse sobre la meta contraria pero le faltó claridad. Ambos equipos demostraron porqué están ahí abajo. Sin ritmo y sin rumbo la verdadera primera opción clara llegó allá por el 64', Javi -el mejor de los locales- mandó el balón al larguero. Despertaba el Peñarroya, que jugaba ya a contrarreloj.

En el 70' avisó Juanjo, que le faltó muy poco para llegar a un centro de Antonio Jesús. Adri Cabello la tuvo en dos ocasiones, en la segunda no se decide tirar en un mano a mano ante el portero y éste le arrebató el gol.

El encuentro se fue rompiendo con los minutos y cualquiera podía marcar; los dos lo hicieron. Primero fue Juanjo cruzó la pelota ante el meta local. Fue en el minuto 34'. Apenas cuatro después, Juan Diego recibió un balón desde la banda opuesta y empalmó la pelota, que entró por el centro con fuerza.

Más roto aún, pero ya no volvería a pasar nada relevante. Una curiosidad, Tamarit jugó los minutos finales como jugador ante la lesión de Dani Gallardo y el agotamiento de hombres de campo en el banquillo. Una curiosidad que muestra la cara negativa de la Unión, esa que le ha llevado al descenso a un descenso a la Andaluza que podría producirse en una semana.

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