La Balona encara la Feria de La Línea con incertidumbre. Un año después de festejar el retorno a la categoría de bronce por estas fechas, la fiesta linense tendrá este año un carácter muy distinto en lo que al club albinegro se refiere. Además de una gran oportunidad para la captación de abonados, como cada año, la Feria servirá para poner en contacto al presidente del club, Alfredo Gallardo, con empresarios de la ciudad que puedan colaborar para evitar que la deuda con los jugadores lleve al club a un descenso administrativo.

La intención del club era incluso la de presentar a la primera plantilla durante la Feria, una idea que después de cambió y el acto se ha pospuesto hasta que finalicen las obras del Municipal linense, que estrenará el césped sintético con la presentación del conjunto de Eduardo Vílchez. De hecho, la plantilla no tendrá muchas oportunidades de dejarse ver por el recinto ferial, ya que el lunes comenzarán los entrenamientos de pretemporada y el equipo se pondrá en marcha.

El hermetismo con el que la directiva está llevando el asunto de la deuda y las supuestas negociaciones con los jugadores que denunciaron a la entidad empieza a ser ya motivo de quejas de los aficionados, que piden explicaciones en torno al asunto. Sin embargo, son muchos los seguidores que confían en que Alfredo Gallardo tenga resuelto el asunto y evite cualquier final trágico a esta historia.

En cualquier caso la Balona llega a la Feria después de una temporada extraña e inmerso en un comienzo de pretemporada no menos extraño que no se terminará de resolver hasta final de mes. De momento, los aficionados tienen unos días para dejar de lado el fútbol y vivir la Feria, si bien la problemática económica de la entidad dará que hablar durante estos días en la localidad linense.

La Feria será un punto de encuentro, un foro abierto al diálogo entre los seguidores, que esperan con impaciencia y no sin temor a que llegue el día 31 y se alcance el desenlace final de una historia rodeada de misterio e incertidumbre que empieza a inquietar a la afición.