Algeciras-Cartagena

Algeciras, en qué lío te has metido (0-1)

  • Los albirrojos merecen sumar pero pierden ante el Cartagena con un golazo de Menudo en el 92' y se la jugarán en La Roda en la última jornada en la que sólo un triunfo asegura la salvación

Una olla a presión de pavor, números y cábalas a punto de reventar en mil pedazos. Eso era el algecirismo y el Nuevo Mirador tras la derrota en el minuto 92, cruel como ninguna, ante el Cartagena. El empate, a falta de que volvió a ser incapaz de ganar, era puro oro, aseguraba que los albirrojos no iban a descender de forma directa pero llegó el golazo de falta de Menudo, una sutil bomba atómica que dejó totalmente asolado al Algeciras Club de Fútbol, que se la tendrá que jugar a vida o muerte en La Roda en la agónica última jornada al más puro estilo del club más sufridor.

 

A falta de esa última bala, y con los resultados que se dieron ayer, el Algeciras está a tres puntos del descenso y a dos de la promoción. Un empate en La Roda le asegura no descender de forma directa pero para evitar la promoción dependería de más resultados. El triunfo es la salvación. La derrota le dejaría a merced de los demás resultados. Sufrimiento extremo y calculadoras echando humos. 

 

Todo eso, ni que decir tiene, totalmente evitable si el Algeciras hubiese hecho los deberes que los lleva acumulando buena parte de toda la segunda vuelta del campeonato. Cuando acabe todo, acabe como acabe, alguien o muchos tendrán que dar explicaciones porque el conjunto albirrojo ha llegado a esta situación de una forma dantesca. La plantilla, cuerpo técnico incluido por supuesto, es la única responsable de salvar al equipo de las llamas del descenso y quién sabe si de algo más. Que está muy bien llamar a la afición, hablar del "aquí jugamos todos" y todo eso pero ya sólo queda echar el resto y hacer lo necesario en La Roda. No hay más. 

 

Y que acompañe la suerte que acompañó en muchas ocasiones en la primera vuelta y que ha dejado al Algeciras a su suerte en esta segunda. Porque en una tarde que  podría ser una fiesta acabó en tragedia y de la gorda. Mereció mucho más el conjunto de Manolo Sanlúcar, se volvió a entregar pero en el fútbol no todo es entrega y se impuso la aislada calidad de un Cartagena que con la derrota del Guadalajara en Melilla afrontó la cita con menos ansiedad, más suelto e influyó en el rectángulo de juego.

 

Los de casa fueron intermitentes en intensidad, sobre todo en ataque, pero la explicación vuelve a encontrarse en las fuerzas. A veces daban el balón y las opciones al rival. Al contrario de lo que se podía pensar, la batalla no fue una locura, no llegó a romperse y ambos la afrontaron con la cabeza bastante fría. Llámese respeto a perder.

Cuando el Algeciras apretaba al son de su público, el Cartagena lo pasaba mal. Pero los albirrojos tienen unas limitaciones tremendas arriba. Prácticamente su única baza es la velocidad de un incansable Alfaro, que no puede estar sólo y peleándose con el mundo, teniendo que luchar, controlar y hacer algo con balones lanzados a la voz de ahí lo llevas. Sólo podían los de rojo y blanco ganar metros al más puro estilo del fútbol americano y provocar faltas y saques de esquina pero la estrategia no funcionó. 

 

En otras ocasiones esta temporada, las bandas actuaron con peligro pero Carlos Andújar no se enteró que el Algeciras se jugaba no descender, parecía estar en otro campo, en otras circunstancias. Perdido como en buena parte de la presente temporada. En la otra, Javi Fernández lo intentó en su vuelta a la titularidad, estuvo mejor que su compañero pero tampoco fue determinante. En realidad, ninguno lo fue.

 

A la media hora y con algunas llegadas peligrosas por ambos bandos, entre las que destacó un intento de gol olímpico de Javi Fernández que se estrelló en la parte superior del larguero, el partido se apaciguó y las mordidas eran siempre vigilando muy bien la retaguardia. Los locales, muy bien plantados con un gran Berlanga.  El Cartagena también tuvo una muy peligrosa, en las botas de Riau pero Romero, que salvó todo lo que pudo a su equipo, rozó y el balón se fue al larguero.  

 

El descanso llegó como agua de mayo para los de casa, que llegaban más justitos al tramo final. 

 

La segunda empezó con escaramuzas en las áreas pero con pocas intenciones por lo general. Romero volvió a intervenir ante un buen remate de Fernando, más gris de lo esperado.  La entrada de Parada por un agotado Mario no sirvió para reforzar el centro. Las entradas posteriores de Iván y de Ayala no aportaron nada.

 

El tramo final fue todo lo trepidante que no había sido el resto. Empujado por una afición algecirista que volvió a cumplir (ella sí) el cuadro rojiblanco se acercó a la gloria que se escapó en un par de ocasiones por escasos centímetros. Luego llegó el tanto de una falta polémica -pudo pasar cualquier cosa pero el árbitro no dudó en pitarla- y una ejecución perfecta a la sién de un Algeciras que al término del encuentro se siente más muerto que vivo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios