Cine

Banderas: "España tardará 20 años en metabolizar 'La piel que habito"

  • El actor malagueño se muestra crítico con la deriva del movimiento 15-M.

Antonio Banderas es el protagonista de La piel que habito, una cinta que, asegura, el público español tardará en "metabolizar" al menos los mismos 20 años que ha precisado para asumir las películas que Pedro Almodóvar hizo en los años 80. "Encontrar un director que tiene los huevos de plantear estos universos y de seguir explorando, y planteando preguntas, no tiene precio, y no sé si España lo va a saber agradecer ahora, pero al Pedro que se ha logrado metabolizar, al de las películas de los años 80 que originaron en su momento una hecatombe, le ocurrirá lo mismo, lo vaticino, con La piel que habito", opina el actor.

Banderas viajó de Málaga a Madrid el lunes pasado para presentar junto al resto del equipo -en un maratón de un sólo día-, la nueva película del director manchego, en la que interpreta al psicópata Robert Legrand, un médico obsesionado con la muerte de su mujer, a la que no pudo salvar de un incendio, y de su hija. La película cuenta la historia de Vera, una bellísima criatura creada por Legrand que vive encerrada y observada, y cuyo único objetivo es fugarse. "Lo que quiere hacer Legrand va más allá de la sed de venganza, es un hombre que pretende jugar a Dios", señala el actor, que niega rotundamente desencuentros con Almodóvar.

Confiesa que hubiera encarado a este psicópata de otra manera, sacando "músculo" (artístico) y dándole "un tono caligulesco, pero Pedro no lo quería así". "Y eso no produjo discusiones, sino trabajo. Poco a poco, hablando, entendiéndolo. Y aceptándolo -dice con humildad-, por la admiración, el respeto y la amistad que siento por él, y por creer (en él). Hace falta fe para saltar al precipicio que te propone; me daba miedo de que el personaje se quedara plano. Pero él tenía razón". Aunque segura que no tiene "ni Facebook, ni Twitter y prácticamente, ni móvil", le hace gracia ver cómo la gente "se da de palos en los foros" a cuenta de la película, "pero para mí, artísticamente -zanja el actor-, me parece una coca-cola en el desierto".

Apunta que de Almodóvar le fastidia "lo cabezón que llega a ser, que te dan ganas de agarrarlo del cuello", y le reconoce en estos años un cambio, no en lo personal, sino en lo profesional: "Se ha vuelto más sobrio, más austero, minimalista, ha depurado mucho su estilo y en los contenidos se ha vuelto más complejo, más profundo". Y reconoce que, 22 años después, su amigo Pedro (que lo "descubrió" en 1982 con Laberinto de pasiones) le ha vuelto a mostrar, a sus 51 años, dice, "un camino que puedo volver a explorar: saber que la contención es un valor".

Banderas, que, curiosamente, nunca ha ganado un Goya a pesar de haber sido el primer español nominado a los Globos de Oro, sí tiene la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Málaga y desde 2005 una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y en su equivalente madrileño. Ha dirigido dos largometrajes y protagonizado 66, además de poner voz al "gato con botas" en cuatro cintas -"el gato me ha convertido en estrella", dice con guasa el malagueño mientras enciende un cigarrillo-, y en 2004 creó la productora Green Moon, con la que impulsa cine español como Autómata, de Gabe Ibáñez, al que conoció a través de Elena Anaya, su partenaire en La piel que habito. Prepara ya su tercer largometraje tras la cámara, pero además tiene en mente otro proyecto, que llama "de cine pobre", para producir "pequeñas películas de mi tierra -explica llevándose la mano al bolsillo- con riesgo económico sólo mío".

Sabe que "Pedro es así, radicaliza las opiniones, o lo aman o lo odian, o van a darse un banquete o piensan que la película es una desfachatez", y desconoce los detalles de la producción que Almodóvar podría estar preparando en lengua inglesa. "Pero si hay personaje para mí, Pedro me va a tener, solo tiene que silbar".

Conocido también su compromiso político y social, advierte a los miembros del movimiento 15-M de que "están jugando con cosas con las que hay que tener mucho cuidado", porque otros, antes, "hemos probado mucho y a veces nos hemos dado el talegazo. Y no podemos volver a eso", dice. El actor reconoce coincidir en el mensaje de "los primeros" 15-M, a los que valora el haber "pegado una patada a la mesa y espoleado lo que hay, provocando que les escuchen", pero asegura que los últimos comentarios de miembros del movimiento en contra de "lo establecido" le producen un cierto desasosiego.

Preguntado por el momento político que vive España, Banderas opina que el país debería hacer como su personaje en La piel que habito: "Economizar las opiniones, ser un poquito más austero y pensar que las soluciones a nuestros problemas quizá no estén tan lejos. La solución está en reformar de una forma inteligente lo que ya se ha conquistado, y no solo en España, sino en el mundo, porque un salto al vacío puede hacer que nos peguemos un gran talegazo", insiste.

El actor se ríe al comentar que un amigo americano le mostró una imagen de los españoles en la que él no había caído: "Me dijo -explica- que le encantaban los españoles pero que parecíamos estar siempre enfadados, cabreados, como si nos debieran algo. Sin embargo, amo este país con todas sus miserias y toda su grandeza; es lo que somos, y los personajes como Almodóvar los da esta tierra. Gente como Picasso, Dalí, Lorca, Falla, que salen sin ningún esquema preconcebido, como les pasaría a los alemanes: primero A, luego B, C, D... aquí salen directamente por la H, de un tirón", bromea Banderas.

En cuanto a las elecciones del próximo noviembre, a las que votará por correo desde Estados Unidos, Banderas previene de que "habrá que ver si estamos o no comprometidos con la democracia", aunque haya gente que piense que "ese no es el camino. A lo mejor hay que regularizar los bancos, y a la banca, y hacer que la democracia sea lo que soñamos que iba a ser, porque se nos ha ido de las manos -considera- y nos hemos creído una mentira".

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