Campo de Gibraltar

La nómina se la queda el banco

  • El último pago del Ayuntamiento de Los Barrios resulta insuficiente para las economías domésticas de las escalas básicas · La plantilla teme el plan de ajuste que prevé pasar de 463 empleados a 285

El dinero dura poco. Los trabajadores del Ayuntamiento de Los Barrios comenzaron a cobrar el pasado jueves el importe equivalente a una nómina completa que, lejos de ser la salvación para los problemas de sus economías domésticas, será utilizado prácticamente para "tapar agujeros".

Al no ser ya los retrasos una cuestión puntual, sino una costumbre en la institución municipal, los ahorros entre los trabajadores de las categorías básicas (E y C, según el convenio colectivo) hace tiempo que se acabaron. Las familias sobreviven y hacen frente a sus pagos prioritarios como la hipoteca o el coche con la ayuda de familiares. Todo ello con la sombra de las financieras llamando a cada instante para reclamar las letras de los bienes de consumo comprados a plazos. La situación, sostienen, es asfixiante.

La plantilla barreña no cobraba desde el 17 de septiembre (cuando se ingresaron 1.000 euros por trabajador). La situación de descuadre económico es mucho más grave para los empleados de Radiotelevisión de Los Barrios que siquiera llegaron a cobrar dicha retribución. Sus cuentas bancarias no se actualizaban con cifras positivas desde el 15 de agosto porque sobre las de la entidad pesa el embargo.

Parte de los obreros municipales sienten además de la incertidumbre creada por los impagos la espada de Damocles sobre sus cabezas. El Plan de Viabilidad en el Empleo para el Ayuntamiento elaborado por la concejalía de Personal, que titula Antonio Rodríguez, contempla que de los 463 empleados de la institución (más de dos tercios son laborales) se pase a 285 en enero de 2013. Aunque el documento es una propuesta que se basa en la externalización de servicios, la palabra "despidos" se ha instalado con fuerza.

Los empleados consultados por este diario rechazan dar su nombre o fotografiarse para aportar su testimonio de forma directa. Hay miedo a las represalias: "Si salimos, tendremos un pie en la calle", apostillan, para luego recordar que hace unos días el concejal de Seguridad, Salvador Acosta, salió con su móvil en ristre a hacer fotos de las protestas aunque éste justificó que tomó una imagen de una traca encendida por los manifestantes. Una explicación que no convence a los empleados. "Y si sólo es externalización, estamos en las mismas. Si no hay para pagarnos a nosotros, ¿cómo pretenden pagar a las empresas?", pregunta un jardinero. La situación ya se produjo en el caso de Clece, la empresa encargada de limpieza que se marchó porque sólo le pagaron el primero de trece meses. Las trabajadoras fueron despedidas sin prestaciones por desempleo y luego contratadas por la vía de urgencia ante el inicio del curso escolar con menos salario. Muchas están a la espera de resolución judicial.

En cuanto a los problemas domésticos, hay quien no ha comprado todavía libros de texto a sus hijos. Otros están vendiendo el coche y la mayoría de los trabajadores ha pedido a los sindicatos que le certifiquen documentalmente que existen retrasos en el pago de las nóminas, aunque no parece ser la tabla de salvación y mucho menos les salva de las comisiones bancarias por números rojos. "La financiera de un sofá que compré a plazos no deja de llamarme", relata un obrero que recibe el asentimiento de varios compañeros. En muchos casos, sus parejas no trabajan por lo que la única entrada de ingresos procede de sus jornales. "Hay familias que sobreviven gracias a sus padres que les llevan una bolsa con comida, con lo poco que les pueden comprar con sus pensiones", apuntan. El sueldo de un jardinero o un obrero municipal no llega a los 1.300 euros mensuales, cuantía con la que hay que mantener una familia. Cobrar a tiempo es fundamental para no exceder el presupuesto. "Tenemos 17 euros de complemento de destino. Si no hay para pagar a todos, ¿por qué se le sube el sueldo a cuatro coordinadores casi 2.000 euros al mes? El cinturón está estrecho para todos", critica otro miembro de la plantilla.

Pero la languidez de las cuentas municipales también perjudica al trabajo diario. Hay menos vehículos y la gasolina ha estado restringida. "Es cierto que los coches de la Policía Local han patrullado con gasóleo agrícola", confiesa un empleado. En cuanto a los materiales, las losetas y un palé de cemento recién llegados al almacén municipal se miran como si fueran de oro.

Entre los trabajadores hay visiones encontradas acerca del grado de responsabilidad del actual alcalde, Juan Montedeoca, tiempo atrás concejal de Hacienda. Mientras que hay quien considera que la situación sería la misma con otro regidor municipal, aún de otros partidos, el grueso de los trabajadores de base consultados por este diario se postula a favor de Ángeles Ariza. "La quitaron porque levantó la alfombra, porque llegó a mandar cartas de despido a personas que no venían a trabajar y cobraban o a Juan Sandubete, que cobraba una barbaridad. Todos puestos por Alonso Rojas", relata uno de los trabajadores. Rojas es, precisamente, el blanco de todas las miradas porque aunque lleve año y medio apartado del Gobierno, los obreros le consideran como el germen del problema. "Se ha derrochado dinero en sueldazos para tres elegidos y ahora no hay para nadie, pero los sueldazos siguen", concluyen.

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