En las últimas semanas han sido continuas las denuncias sindicales sobre las deficiencias en el centro penitenciario de Botafuegos de Algeciras. Lo más grave ya no es sólo que se produzcan cortes de agua o apagones de luz, sino el déficit en personal, con especial incidencia en los servicios sanitarios internos donde faltan médicos y auxiliares de enfermería, registrándose precisamente esta semana una baja por excedencia.

En la prisión algecireña hay una población reclusa formada por unas 1.400 personas y todos ellos tienen que ser atendidos y medicados por el personal sanitario existente y es "muy complicado". Así lo explica el sindicato Acaip, que sostiene que un 7,8% de los puestos necesarios de la cárcel están sin cubrir.

1.400Reclusos. Atiende la plantilla formada por 444 funcionarios públicos y 35 de personal laboral

En concreto son 40 las plazas sin ocupar en Botafuegos según la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Esta falta de personal se deja notar en todas las áreas de la cárcel desde los servicios de vigilancia, a las oficinas y sobre todo en las unidades sanitarias.

El sindicato explica que según la RPT la prisión de Algeciras debería contar con un total de 519 personas trabajando, de las cuales 479 serían funcionarios públicos y 40 personal laboral, pero la realidad es muy distinta puesto que son 35 efectivos en personal laboral y 444 funcionarios públicos, con lo cual calculan un déficit en 40 unidades.

Esta falta de personal afecta gravemente al funcionamiento ordinario de la prisión, en primer lugar porque al tener menor número de funcionarios en vigilancia son más vulnerables y se dan mayor número de incidentes regimentales: peleas, riñas tumultuarias, agresiones, menor control sobre las personas que acceden a visitar a los internos, entre otros.

Como dato al respecto hace apenas unas semanas el Ministerio del Interior hizo públicas unas estadísticas sobre las agresiones sufridas por funcionarios en los últimos seis años en las prisiones, situando a nivel nacional a Botafuegos como la decimotercera con mayor incidencia, en concreto eran 42 las agresiones.

Este diario se puso en contacto con Instituciones Penitenciarias, que aseguró que las agresiones o incidentes que se producen dentro de la cárcel en ningún caso se deben a la falta de personal.

Acaip expone además que tener menor número de efectivos en el área médica se traduce en la evidente puesta en peligro de la salud de los internos ya que los profesionales médicos no dan abasto para atender a la población reclusa. El sindicato evidenció que se trata de una comunidad en la que se dan casos de tuberculosos, VIH, hepatitis y enfermedades mentales, entre otros.

A todo ello suma el sindicato mayoritario de prisiones los problemas que se derivan del reparto de medicación. Los auxiliares deben repartir medicación diaria a un número excesivo de internos pero durante los fines de semana y festivos es "irracional", puesto que se dispensa medicación para varios días, con lo cual las dosis diarias se las toman los reclusos de una sola vez, se cambia, se vende o los propios internos la entregan a quienes no deben, con lo cual hay veces en que se pone en peligro la vida o integridad de los propios internos y el buen orden y seguridad del establecimiento.

El déficit de personal también se percibe en las áreas de oficinas y administración, que sufren una consecuente sobrecarga de trabajo inusual y que termina repercutiendo negativamente en el propio funcionario.

En las últimas semanas Botafuegos ha sido protagonista por los problemas con el suministro eléctrico y de agua, lo cual ha sido denunciado por los propios sindicatos, que han visto como los funcionarios han tenido que trabajar entre "apagones" y cortes de agua. Por estas deficiencias que también sufren los presos esta semana anunciaron sus familiares la creación de una plataforma ciudadana para exigir mejoras. No sólo hay un problema de falta de agua, los familiares de los presos han podido saber que en el interior hay deficiencias en materia de alimentación, falta de mantas, plagas de insectos, climatización o incluso el horario del autobús que conecta el centro con la prisión.