tribuna de opinión

Todo confluye en la Algeciras-Bobadilla

  • No podemos desaprovechar oportunidades porque nuestro objetivo está todavía muy lejos

  • Llegados hasta Bobadilla, aún nos quedará alcanzar Madrid y desde allí, la frontera francesa

La convención empresarial celebrada la pasada semana en Los Barrios bajo el lema #Quiero Corredor ha sido un espaldarazo importante a nuestras demandas ferroviarias. Gracias a esta iniciativa empresarial, impulsada por la Confederación de Empresarios de la Provincia de Cádiz, se ha conseguido que esta reclamación histórica, que ha adolecido siempre de un excesivo localismo, adquiera una dimensión nacional.

La conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla forma parte del Corredor Atlántico y del Mediterráneo y, dentro de este último, tanto de su ramal costero como del central. De hecho, nuestro puerto es miembro del grupo de trabajo europeo del Corredor Mediterráneo y también del Atlántico y ha participado ya en numerosas reuniones en ambos grupos de trabajo. Hemos apoyado en Burgos, junto al puerto de Bilbao y a las Cámaras de Comercio, el eje central Algeciras-Bilbao y la semana pasada respaldamos también la España periférica que defiende la iniciativa #Quiero Corredor. Los puertos de Barcelona y de Valencia, por ejemplo, también gritan #QuieroCorredor y, al mismo tiempo, el primero participa en el proyecto CLYMA, Lyon-Barcelona-Madrid, y el segundo lucha por su conexión con Zaragoza. Todo suma y nada es excluyente y, en nuestro caso, todo confluye en la Algeciras-Bobadilla.

No sobra ningún apoyo ni podemos desaprovechar ninguna oportunidad porque nuestro objetivo está aún lejos de haberse alcanzado. Tras la mejora que llevó a cabo el anterior Gobierno en el tramo Ronda-San Pablo (el tercio central, de mayor dificultad medioambiental y peor orografía, de los 176 km que separan Algeciras de Bobadilla) ha sido también una buena noticia que se hayan reanudado las obras de renovación de la vía, aunque para ello haya habido que esperar hasta 7 ejercicios presupuestarios y los nuevos trabajos reanudados correspondan solo al tramo de 16 km Algeciras-Almoraima, apenas un 9% del trazado total de la línea.

Por otro lado, las inversiones pendientes en el resto de la línea, que en enero de 2015 valoró el Ministerio de Fomento en 1.280 millones de euros, al cabo de sólo tres años y sin apenas haberse ejecutado desde entonces nuevas inversiones, se han modificado drásticamente a la baja hasta solo 350 millones de euros, desapareciendo, entre otras, la doble vía entre Algeciras y San Roque, esencial para los tráficos portuarios, y el nuevo trazado entre Ronda y Antequera. También hay dudas más que fundadas sobre los plazos estimados para la electrificación de la línea, pues los proyectos de las dos subestaciones, una vez redactados, tendrán todavía que someterse a la preceptiva tramitación medioambiental y, cuando finalmente se consiga la electrificación de la vía, no sabemos si RENFE dispondrá de locomotoras bitensión para atender estos tráficos.

Llegados hasta Bobadilla, todavía nos quedará alcanzar Madrid y desde Madrid la frontera francesa, por Irún y por La Junquera, que es nuestra verdadera prioridad y también una de las prioridades de la Unión Europea. Son muchos, pues, los asuntos que quedan por resolverse como para que sigamos perdiendo tiempo y energías en divisiones y trasnochados localismos.

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