Territorio especial

Getares, un barrio turístico intacto

  • Getares se sitúa en la zona sur pero el origen del vecindario está al norte de la playa que lleva su nombre

  • El núcleo está marcado por la falta de accesibilidad a pie y servicios básicos

Getares es mucho más que el nombre de una playa, es un barrio centenario. Los algecireños y turistas en su mayoría probablemente desconocen que el origen de este vecindario está pasando el río Pícaro y que apenas llega al centenar de habitantes. El resto de Getares es fruto del boom urbanístico, tan agresivo que desdibujó a partir de la década de los 80 por completo el paisaje de la playa, con una población flotante de miles de personas en verano que convierte el paseo marítimo en un patio particular.

La playa ya no es lo que era, pero su barrio originario sí. Este pequeño núcleo está entre los arroyos del Pícaro y el Lobo y bañado por las aguas del mar incluidas en el Parque Natural del Estrecho. La calle principal y única es Helmut Siesser y la carretera al Faro les atraviesa con una curva pronunciada en pleno corazón del vecindario. La mayoría de los vecinos está en edad de jubilación o jubilados y los más pequeños que juegan por la zona suelen ser sus nietos. Hay parejas jóvenes con hijos que residen en la urbanización Atarazanas, de nueva construcción, que es lo único en décadas que se ha construido en la zona gracias a la férrea defensa de los ecologistas para evitar más ladrillo.

El barrio centenario creció con pescadores y en paralelo al oficio de la Ballenera

Al margen están las urbanizaciones que rodean la playa por la zona sur, que empezaron a levantarse en torno al paseo marítimo, que ofrece a los algecireños y turistas una rica variedad de locales de restauración y ocio. Antes todo eran barracas y chozas.

En el verdadero barrio no hay sucursales bancarias, ni parques y tampoco parada de autobús. El colegio más cercano está entre San García y La Adea. Lo único que tienen es Casa Marcos, un rincón gastronómico curtido con la solera del paso de los años y el Club Getares, privado.

La cercanía de la Ballenera atrajo a muchos pescadores, que se mezclaban entre aquellos que tenían huertas en el lugar, porque si de algo puede presumir la zona es de tenerlo todo, en lo que a naturaleza se refiere. Una vez hubo una tienda, una cabina de teléfono y hasta un grifo en la esquina de la calle Helmut Siesser al que muchos ciclistas y caminantes acudían como "agua de mayo" al pasar.

La Ballenera forma parte fundamental de la historia del barrio, por la vida que le dio con la caza de cetáceos y en cuyas instalaciones, hoy visibles en ruinas, eran descuartizadas las ballenas para extraer la carne y la grasa para uso comercial.

SERVICIOS

La asociación Bahía de Getares, que preside Dolores González, los califica como "nulos" básicamente empezando por el autobús urbano que desde sus inicios en 1957 llegaba a la esquina de Helmut Siesser, pero se quitó en 2009 y aún están esperando su regreso. La parada más cercana la tienen a 1,5 kilómetros. Sin coche no son nada y hasta los taxis se confunden entre la zona de las urbanizaciones y el barrio original.

En cuanto a limpieza las circunstancias son especiales ya que es un paso turístico constante por la playa. Todo se concentra en su calle principal, las papeleras y los contenedores -solo de residuos sólidos y vidrios-, el problema es que muchos ciudadanos que van de paso dejan junto a la basura restos de material de playa, e incluso una piscina desmontada había días atrás.

Por su lejanía de la zona turística es un punto estratégico y tranquilo. El bullicio y los problemas se concentran, obviamente por el volumen de población, en la zona sur de la playa donde sí se hacen botellones con frecuencia y pueden darse más casos de vandalismo. En cuanto a parques sí que no hay nada, ni al norte ni al sur. Como complementos del servicio de playas hay un parque infantil en plena arena y uno de mayores en el paseo, pero muy lejos del origen del barrio.

DEsconectados

El gran problema para el vecindario es la carretera al Faro en el tramo desde la Aldea III a la Ballenera. Es una franja muy usada por viandantes y ciclistas, además del paso de vehículos. La inseguridad que generan las hierbas, cañas y árboles sin desbrozar que crecen en los arcenes restan visibilidad y convierten esta carretera en un punto negro de tránsito. A pie no hay más remedio que invadir la calzada porque no hay acera ni arcén y los quitamiedos colocados en tramos de línea recta han cegado más el paso. Los coches para salvar la maleza tienen que invadir también el carril, en este caso el contrario.

La carretera es la única vía que tienen los vecinos para salir del barrio y llegar andando a la parada de autobús más cercana, sino sólo les queda atravesar la playa. Es por ello que urge un paso peatonal a partir de la Ballenera, para conectar con el que se construyó que llega hasta el Faro, aunque se trata de un carril-bici que también quita preferencia al peatón. Desde 2001 llevan luchando los vecinos y no entienden que no se haya atendido primero a los vecinos del barrio originario.

INseguridad Vial

El barrio es muy pequeño y pese a ello soporta un gran tráfico. El paso de la carretera al Faro toma en Getares una curva muy pronunciaba con escasa visibilidad para aquellos que quieren entrar a la calle Helmut Siesser desde San García, al tener que invadir el carril contrario para acceder. Algo parecido le pasa a un vecino que vive en plena curva y para salir de su casa prácticamente "se la juega" a diario ante cualquier coche que vaya corriendo más de la cuenta, que son muchos. Hay algunos muros de casas que atestiguan esta velocidad con destrozos que han ido soportando por choques con el paso del tiempo.

Los vecinos piden un espejo en la entrada de Helmut Siesser. Se colocó en el lado opuesto sin la utilidad que realmente pedían. La asociación lo comunicó y se retiraron los espejos hasta hoy. Como alternativa solicitan badenes para que la reducción de velocidad aporte más seguridad vial, pero tampoco se ha logrado.

PLAYA

Los vecinos tienen la suerte de vivir junto a la playa, formada por 2,5 kilómetros de arena blanca, pero ésta ya no es la que conocieron. La asociación lamenta que hay más suciedad, ya sea por incivismo, falta de limpieza o por los temporales. Denuncian además que a horas que no hay vigilancia la gente lleva sus perros a esa zona de la arena, pero tampoco hay carteles visibles que impidan el paso de los canes.

A ello le suman las mejilloneras que encallan cada cierto temporal que acaban putrefactas, además de la suciedad que generan. Y no pasa desapercibido para los vecinos el descenso de arena, cuando antiguamente hasta les costaba andar porque había pequeñas dunas y se nota en la orilla, llena de piedras. El taponamiento del Pícaro también es otro problema que les inquieta y les alerta de la posibilidad de que en sus aguas se mezclen fecales.

Es curioso pero vivir junto a la playa para los vecinos no es algo extraordinario, más bien confiesan que en invierno están incluso mejor porque en verano sus familiares no pueden ni ir a verlos porque no tienen dónde aparcar. La vida progresa pero no en esta zona de Getares.

DEMANDAS

La principal petición vecinal es la mejora de los accesos por seguridad, como en el caso del alumbrado, ya que apenas hay visibilidad en la carretera al Faro. El desbroce también es una de las demandas habituales. Hay un gran riesgo de incendio alrededor del barrio porque viven junto a un parque natural y todo es vegetación, pero la amenaza aumenta por la falta de desbroce de la vegetación y es un problema que destacan los vecinos.

La asociación también ha puesto sobre la mesa el arreglo del talud que hay en la carretera al Faro, frente a la cala Aguadilla, por los desprendimientos de tierra y piedras. El Ayuntamiento de Algeciras anunció el año pasado un proyecto para su rehabilitación pero aún no se sabe nada.

Vecinos

La asociación vecinal se creó en 1999. El local, junto a Casa Marcos, sirvió años atrás como escuela e incluso capilla donde se celebraban misas y hasta bodas. Como ejemplo que lo atestigua los vecinos Rafael Quiñones y María Sáez se casaron en la capilla de Getares y 50 años después, en 2013, celebraron en la ya sede vecinal sus bodas de oro.

En el local los socios juegan, se reúnen y celebran convivencias. En 2004 se amplió con unos servicios, una oficina y cocina. El edificio es el corazón del barrio y en él se celebran actividades como el Día de Andalucía, Todos los Santos, la Virgen del Carmen -para la que tienen incluso su propia imagen-, y más fiestas como Navidad.

Historia

Getares es pura historia de Algeciras. Toma su nombre de Caetaria, un asentamiento romano donde había una factoría de salazones y de garum. En unas excavaciones arqueológicas afloraron ánforas y objetos de la época romana, así como grandes tinas donde se conservaba el pescado. Se cree que el nombre viene del latín Caeta-cetáceo- y arium -lugar-. En la edad media aparece en las crónicas de Alfonso XI, como "Xetares" y desaparee en el siglo VI. Aún se conserva de la época árabe la torre Arroyo del Lobo, de origen medieval, controlando el Estrecho desde Punta Carnero a San García.

En el siglo XVII se formó la compañía de Escopeteros de Getares para controlar el contrabando y las incursiones de los barcos ingleses y piratas que merodeaban por el Estrecho. Su cuartel estaba en Getares y luchó en la Guerra de la Independencia.

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