"Este puente ha pasado sin demasiadas ventas". Es Angelica Rico, una de las vendedoras ambulantes del mercadillo navideño ubicado en la Plaza de Andalucia, y también una de las encargadas de la organización del mismo.

Mientras coloca en los paneles parte de la bisutería que expone al público, comenta que el negocio está muy parado. "Pero tanto aquí, como en el mercadillo de los martes, que tampoco se vende. No sé si es que no hay dinero o que la gente está esperando a cobrar la paga extra. De todas formas, también es pronto, sólo llevamos aquí cinco días y aún hay puestos sin montar", añade.

De las 31 casetas habilitadas este año, repartidas entre 26 expositores, en torno al 20 por ciento aún está sin abrir. "Entregamos las llaves el día 5 pero hay gente que está mala o que ha ido a comprar la mercancía", añade Rico.

Esta cree que la nueva ubicación no debe influir y, cuando se lo propusieron, los vendedores ambulantes aceptaron cambiar de sitio porque traía consigo una serie de beneficios, como el hecho de no tener que abonar tasas municipales. "Hemos llegado a un buen acuerdo con Alius, que nos beneficia a todos. Además, cuando probamos algo nuevo y no sabemos cómo nos va a ir, que se reduzcan los gastos siempre es bueno", añade la vendedora.

Por tanto, por ahora todo son expectativas, y esperan que el negocio se mueva un poco más en los próximos días. "Este es un mercadillo diferente, para los pequeños detalles, no para grandes regalos y siempre hemos tenido buenos resultados. Ahora debemos esperar al final de la campaña para ver cómo se da", añadió.

En la caseta de la asociación contra el cáncer APRON, cuatro mujeres toman polvorones y café para aliviar el frío. Como cada año, distintas ONG se turnarán en este espacio para conseguir fondos. Una de las mujeres que está tras el mostrador, menos diplomática, lo tiene claro: "¿Tú sabes dónde está la gente? Están en las tiendas de los chinos".