Ejueves por la mañana. La entrevista tiene lugar en su despacho oficial. Sobre la mesa reposa el periódico que informa sobre la última matanza del terrorismo yihadista en Londres.

-¿Puede ocurrir aquí? ¿Estamos en un punto geográfico caliente a nivel de seguridad?

-Debo aclarar primero que no tengo competencia directa sobre las fuerzas y cuerpos de seguridad, algo que corresponde al subdelegado en Cádiz. Más que una zona caliente, esta es una zona de paso de integrantes de organizaciones criminales que son perseguidas por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Estamos en un nivel de Alerta 4, con medidas de seguridad específicas, pero no hay nada que nos haga temer que esta zona sea susceptible de ser un objetivo especial para los terroristas.

-¿Qué nota le pone a la seguridad en el Campo de Gibraltar?

-Los datos del Ministerio del Interior indican que tanto Algeciras como La Línea, los dos municipios con más población, están entre las ciudades más seguras de España. Hay problemas con el narcotráfico, pero hemos conseguido frenar bastante esa actividad con la barrera del Guadarranque y evitar que las narcolanchas pudieran tener como base ese río. Marruecos está muy cerca y somos el punto de llegada más cercano. Hay que aplaudir a la Guardia Civil, a Vigilancia Aduanera y a la Policía Nacional por hacer continuas aprehensiones de droga y tabaco de contrabando.

-La barrera el Guadarranque ha sido eficaz en ese punto, pero el tráfico de drogas se ha desviado a otras zonas del litoral.

-El Guadarranque era utilizado por los narcos para guardar sus embarcaciones y ya no tienen tan fácil el acceso al mar.

-Es cierto que apenas hay inseguridad ciudadana de atracos, robos en bancos, etc, pero sí una criminalidad muy amplia vinculada al tráfico de drogas.

-Las medidas de seguridad existen y se está haciendo un trabajo extraordinario, pero no se puede acabar con el narcotráfico porque las organizaciones criminales y las bandas vinculadas a este delito son muchas y los medios de Interior son los que son.

-¿Les faltan medios?

-En materia de narcotráfico ya le digo que no es competencia mía como coordinador, pero conozco mucho el tema porque soy inspector de policía y me interesa sin duda el tema. Se tienen medios como el SIVE, que controla muy bien todo el movimiento de embarcaciones en la zona del Estrecho, tenemos una Comandancia de la Guardia Civil con muchos medios humanos y materiales, dos unidades de la Policía Nacional contra el crimen y los resultados son extraordinarios. ¿Podríamos tener más? Claro, siempre aspiramos a más.

-¿No ha aumentado la violencia de las bandas? Ha habido tiroteos recientemente y hay un guardia civil hospitalizado tras haber sido atropellado, con varios intentos más al embestir los narcos a las patrullas.

-Son episodios puntuales que no los ocultamos y que lamentablemente también se dan en otras ciudades.

-Cambiamos de tercio. ¿Prevé que haya acuerdo sobre la estiba?

-El Estado español tiene la obligación de aplicar la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y durante dos años se ha estado tratando de llegar a una solución con los sindicatos para alcanzar una solución lo más lógica y positiva para todos. En ese período no se llegó a un acuerdo y el Gobierno se vio obligado a aprobar el decreto porque, insisto, así nos obliga una sentencia.

-¿Les ha cogido el toro?

-No creo que haya sido así, hemos buscado un consenso que no ha llegado. Lo que pedía el Gobierno es que las fuerzas políticas aprobasen el decreto por responsabilidad. Su rechazo solo ha conseguido que perdamos credibilidad ante Europa, independientemente del fondo de la cuestión.

-En la comarca, los estibadores han recibido el apoyo de todas las instituciones frente a las intenciones del Gobierno.

-Es normal porque la estiba tiene un peso importante en la economía y la sensibilidad en torno al problema es muy diferente a la que se tiene en otros lugares. El tema hay que solucionarlo porque el puerto de Algeciras se está resintiendo de forma muy preocupante por el conflicto y las navieras han desviado sus barcos a otros muelles, con el riesgo de que no vuelvan.

-¿Por qué el ministro no se reunió con los sindicatos antes de aprobar el decreto?

-No estoy de acuerdo con eso porque hubo muchos intentos de negociación previos.

-En la mesa estuvo el presidente del Consejo Económico y Social, pero ningún representante del Gobierno.

-Eso fue en el tramo final y creo que la cosa no hubiera cambiado mucho porque el margen de maniobra del Gobierno ante la UE era escaso. Tenemos un doble problema: estamos incumpliendo con Europa y la situación no permite que los trabajadores tengan estabilidad.

-¿A qué se refería el ministro cuando dijo que, al margen del decreto, se iba a aprobar un instrumento normativo para atender las demandas de los estibadores?

-No lo sé, sinceramente. Lo que sí es cierto es que trabajadores y empresarios tienen margen de negociación para pactar entre ellos algunas cuestiones, como la estabilidad de las plantillas, en las que el Gobierno no tiene intención de intervenir. España, insisto, tiene obligación de cumplir la sentencia.

-¿No ha sido un error poner el acento en los sueldos de los trabajadores para poner a la opinión pública en contra de ellos?

-No sé quién lo ha hecho, el Gobierno desde luego que no.

-¿A usted le parece alto?

-Yo siempre digo que depende de lo que produzca. Si el sistema portuario permite pagar esos sueldos es porque las cuentas cuadran. Esa es una cuestión en la que el Gobierno no entra.