Campo de Gibraltar

El arrastre de latas reúne a miles de niños y padres en Algeciras

  • Los algecireños cumplen la tradición y, tras advertir de su presencia con el ruido de los envases, reciben a sus majestades de Oriente en el Llano Amarillo · Caramelos y regalos para los jóvenes

La víspera de la festividad de Reyes Magos, con la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar, es, según reza el manido tópico, el día más mágico del año para los niños. La jornada comenzó ayer en Algeciras, como manda la tradición, con el arrastre de latas, una multitudinaria concentración de jóvenes, padres y hojalata que llenó las calles del centro y el Llano Amarillo desde el mediodía hasta la hora de comer. Fueron miles de personas, más que en años anteriores, según destacó el Ayuntamiento.

Desde antes del mediodía niños y adultos se reunieron en la Plaza Andalucía. Allí muchos jóvenes recogieron un dorsal con el que después participaron en un sorteo de más de un centenar de regalos. No todos los niños iban númerados. Era, en realidad, imposible. La muchedumbre bajó por Blas Infante camino del Llano Amarillo. Al poco, los que se quedaron en la Plaza Andalucía y miraron hacia abajo perdieron de vista el asfalto de la avenida, cambiado por centenares de cabezas. Por cierto que, en la plaza, la mascota del Algeciras Club de Fútbol, Miradín, demostraba popularidad y se hacía mil fotos con los niños que lo demandaban.

Ninguno de esos niños iba sin latas. Ya fueran sólo dos unidas por un cordel o complejas estructuras, absolutamente todos serpentearon los envases vacíos por las calles. Los hubo hasta que arrastraron latas de melva de medio kilo o un barril de cinco litros de cerveza. En cuanto a las obras de ingeniería, se perdió la cuenta si se pretendían auditar. Se pudo ver un Ferrari formado por botes pintados por supuesto de rojo, un pequeño camión ¡con dos niños dentro!, latas que modelaban un caballo, un castillo o un carrito de bebé, muñeca haciendo de bebé incluida.

Los pequeños, ufanos, avanzaban despacio pero con buen ritmo, ante la mirada algo impaciente pero también comprensiva de los conductores a los que había detenido la Policía Local por el paso de la comitiva. El dispositivo especial estuvo formado por 24 agentes de refuerzo. Fueron miles de personas pero no hubo que lamentar ningún percance. Desde Virgen del Carmen varios coches subieron por la prolongación de Blas Infante cuando ya estaba allí el grupo, pero afortunadamente atravesaron la cabecera con prudencia. Por cierto que al frente de la comitiva iba una suerte de pequeña carroza (era un carro de golf) con algunos actores disfrazados. Súper Mario bailaba, fiel a la coreografía, el Ai se eu te pego.

En el Llano se registró la explosión de gente. Hay que tener en cuenta que muchos siempre optan por acudir al punto de destino sin realizar el trayecto oficial. De hecho, cuando los primeros que habían salido de Plaza Andalucía alcanzaron la explanada portuaria, sobre las 13.00 horas, ya había no pocos delante del escenario que se había montado y desde el que, después, los Reyes tirarían caramelos. Algunos repartidores no de caramelos sino de propaganda recibieron a la comitiva. Una publicidad era de un negocio que aseguraba que compraba oro. ¿Estaría pensando en el de Melchor?

Sus Majestades de Oriente (encarnadas por Andrés Camacho, de la peña CTM; Juan José Jiménez, de la peña El Pito; y Joaquín Rider, de la peña Novia del Sol) llegaron en barco, el Zenit Consulmar, a las 13.30 horas. Los Reyes fueron recibidos por el alcalde, José Ignacio Landaluce, quien les entregó, en presencia de la edil de Feria y Fiestas, Juana Cid, la simbólica llave de la ciudad para que anoche entraran en todas las casas del municipio. Estaba casi todo el equipo de gobierno. Landaluce también repartió caramelos entre los pequeños, junto a los Reyes y mientras la banda Amando Herrero tocaba el pasadoble La novia del sol, sol como el que apretaba.

Melchor, Gaspar y Baltasar se subieron a repartir alegría e ilusión al escenario con el Sunday bloody sunday de U2 de fondo, vaya. Antes había actuado la empresa de animación Animagic y se habían sorteado los regalos durante la espera. Por cierto que los números agraciados se colgarán en la web del Ayuntamiento. Los del gigante de Botafuegos eran otros tiempos, claro.

Varios contenedores amarillos se ofrecían para que tamaña cantidad de latas pudiera ser reciclada. No cabían todas. Algunos, de cualquier modo, dejaron los envases a su suerte tirados en el suelo. Otros padres, además de llevar a sus hijos a divertirse, de camino sí les enseñaron a cuidar el medio ambiente.

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