La Universidad de Cádiz y Acerinox volvieron a unir sus fuerzas con la celebración de las sextas jornadas de la cátedra que lleva el nombre la compañía. Para esta ocasion, los organizadores diseñaron un programa para conocer y debatir sobre Los aceros inoxidables en el mundo de la alimentación. Diferentes ponentes, empresarios del sector alimentario, técnicos de Acerinox y personal docente de la Escuela Politécnica de Algeciras, han expuesto durante dos días las características y peculiaridades del acero y su uso en la industria alimentaria.

Victoria Matres, responsable del laboratorio de corrosión donde se trabajan diferentes tipos de aleaciones, aseguró que todavía hay zonas productivas en las que se usa el acero al carbono o acero pintado, materiales que pueden generar restos o residuos que se introducen en la cadena alimentaria. "El acero inoxidable ofrece más garantías porque no hay que recubrirlo. Además es más rentable de lo que puede parecer de inicio, mucho más aún si se tiene en cuenta su ciclo de vida", dijo.

Los argumentos de Matres fueron secundados por Luis Peiró, de Cedinox, quien habló de las excelentes propiedades que el acero otorga a la durabilidad de los equipos, además de tener un fácil mantenimiento y ser más higiénico desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.

Como representantes de la industria hablaron Juan Troncoso, de Heineken, y Anselmo Servián, responsable de una almazara que produce el aceite Cortijo Garay. Troncoso apuntó que el acero es, sin duda, el material más usado en la fábrica de cerveza, y añadió que como industria siguen reclamando innovación en los materiales, que han de ser más respetuosos con el medio ambiente. "Nuestra imagen, la cerveza verde, es mundialmente conocida y para nosotros es tan importante el proceso de producción como la imagen que proyectamos", dijo.

Servián se declaró un convencido del uso del acero en la cadena productiva y defendió su incorporación en todos los procesos pese a que al empresario y a los departamentos económicos le pueden parecer una inversión bastante elevada de inicio.

"Creo que debería ser hasta una estrategia de marketing, porque cuando uno enseña una planta de acero está enseñando una joya", declaró el gerente de Cortijo Garay, para quien el acero no es una opción cara.

"Aunque lo es en el momento, no a largo plazo. No podemos confundir lo que vale una cosa con lo que cuesta. Debe costar mucho y, a largo plazo, valer todavía mucho más", declaró Servián, quien bromeó con los responsables de Acerinox, a quienes les animó a crear un acero transparente como producto perfecto.

El programa de la jornada incluyó ponencias de personal técnico de Acerinox perteneciente al laboratorio de corrosión como fue el caso de Rosa García y María Romero. La primera habló de la relación de la acería con el fabricante de electrodomésticos Fagor, uno de sus principales clientes. La técnico expuso cómo la industria solicita a los productores de materia prima un acero con una mayor calidad superficial que mejore la estética y la homogeneidad en los acabados de las distintas máquinas.

Rosa García, que acercó el mundo del acero al uso doméstico, señaló que en el caso de las cuberterías cuanto más alta es la proporción de níquel más caro es el producto, pero también más resistente frente a otros materiales como el aluminio.