HISTORIA DEL PUERTO (XCVIII)

El Puerto y los planes de desarrollo del Campo de Gibraltar (y II)

  • Instalaciones. Empieza la construcción del muelle de la Isla Verde, la prolongación del Dique Norte y la habilitación de nuevas líneas de atraque y el dragado en la dársena pesquera

Con la aprobación del Primer Plan de Desarrollo del Campo de Gibraltar y merced a los incentivos fiscales que se otorgaban a las empresas que invirtieran y se establecieran en el arco de la bahía, la demanda de superficies de muelles y de líneas de atraques se incrementó en el puerto, obligando a la Junta a proyectar la construcción de nuevas y más amplias infraestructuras que permitieran responder a las futuras necesidades de las diversas industrias que pudieran acogerse al Plan y asentarse en la zona a partir de 1967, así como ofrecer líneas de atraque a los numerosos buques que, sin duda, iban a arribar al puerto.

El ingeniero director, en la Memoria del Proyecto de muelle de Isla Verde, señala que "la puesta en marcha próximamente de múltiples industrias hacen prever una urgente utilización de nuevas líneas de atraque. Por otra parte, adolece actualmente el Puerto de Algeciras de falta de superficie. En ese segundo aspecto, si cabe, el problema pide una solución más rápida y eficiente".

El abandono de las obras del muelle para pasajeros y automóviles en la zona noroeste de la Isla Verde, al que la Junta pensaba dirigir todo el tráfico de pasajeros y automóviles realizado por los transbordadores, había obligado a mantener en el saturado muelle de la Galera, donde se concentraba el tráfico de pasajeros y automóviles, de mercancías y parte del tráfico pesquero, así como los andenes de embarque de pasajeros y pescado en los vagones de ferrocarril, la zona de atraque de los trasbordadores, cuya actividad se multiplicaba con el paso de los meses. Por tanto, era urgente el poder habilitar nuevos muelles y nuevas instalaciones con las que poder atender a la creciente demanda en todos los órdenes que se preveía en los años siguientes.

Por otra parte, las autoridades portuarias eran conscientes, hacia el año 1967, de que a pesar de la posición privilegiada que tenía el puerto, éste carecía de hinterland, problema que se agudizaba con la inexistencia de buenas comunicaciones con el interior de la Península, lo que dificultaba el poder introducir o sacar mercancías de regiones alejadas, dando al puerto un carácter de "isla" que, sin embargo, no sería óbice para que el enclave se desarrollara. De ahí la necesidad de dotar al puerto de Algeciras de grandes superficies de muelle, mayores calados y más líneas de atraque.

Tres iban a ser las grandes obras de infraestructura que se acometerían en los años siguientes: la construcción del muelle de la Isla Verde, la habilitación de nuevas líneas de atraque y el dragado en la dársena pesquera y la prolongación del Dique Norte con el objeto de ampliar la superficie de aguas abrigadas.

Muelle de la Isla Verde y ampliación del mismo (1968-1982)

El proyecto consistía en el relleno de la dársena situada al noroeste de la Isla Verde, entre ésta, el dique Norte y el abandonado muelle de transbordadores, con lo que se habilitaría una superficie de muelle de unas 18 hectáreas y un cantil con una línea de atraque de 427 metros y unos calados de entre 6 y 12 metros, capaz para grandes buques comerciales e, incluso, para trasatlánticos. Aunque la mayor parte del muelle quedaría sólo en los rellenos, el proyecto preveía pavimentar una primera zona cercana al cantil para la manipulación de mercancías y la circulación de vehículos, así como una calle de acceso a la misma.

El proyecto fue aprobado técnicamente por la Dirección General de Puertos mediante Orden leída en la sesión del día 8 de marzo de 1968, y el 4 de abril del mismo año se aprobaban las bases para la subasta de las obras con un presupuesto de contrata que ascendía a 207.176.715,30 de pesetas. La ejecución del proyecto fue adjudicada a la empresa Construcciones Civiles, SA en la cantidad de 103.899.122,72 pesetas el 21 de septiembre de 1968, iniciándose las obras en el mes siguiente.

Los trabajos se prolongaron sin incidentes dignos de consideración durante tres años y medio, estando finalizados en los primeros meses de 1972, cuando se presentó el proyecto de habilitación del muelle. Una vez que estuvieron avanzadas las obras del muelle, se aprobó y se acometió el proyecto de dragado de las dársenas comerciales con el fin de obtener los calados necesarios para el atraque de grandes buques, lográndose, en los entornos del muelle de la Galera y del muelle de la Isla Verde, calados que oscilaban entre los 10,50 y los 12 metros por debajo de la Bajamar Viva Equinocial.

Para poder poner en servicio el muelle de la Isla Verde, que se iba a destinar exclusivamente al tráfico comercial, se hacía preciso dotarlo de los servicios necesarios para la racional explotación del mismo. Por ese motivo se redactó el proyecto de habilitación que fue suscrito en el mes de enero de 1972, cuyo principal objetivo era conseguir nuevas y amplias superficies de muelles, puesto que "el tráfico de mercancías crece en forma acusada debido al desarrollo industrial del Campo de Gibraltar, produciéndose demoras sensibles en los embarques y desembarques."

El proyecto consistía en la realización de obras de urbanización y servicios del muelle para la puesta en explotación de las 18 hectáreas que lo constituían, aunque en una primera fase se acondicionaría sólo la faja contigua al atraque con una anchura de 101 metros destinada a zona de carga y descarga, zona de depósitos y zona de circulación de vehículos. Las obras debieron finalizar a principios del año 1974, pues en ese año se documenta la existencia de una grúa móvil para el embarque-desembarque de contenedores y el atraque de los primeros buques portacontenedores en lo que más tarde sería la Terminal Sabas Marín de Sea Land.

Sin embargo, el notable incremento del tráfico comercial, de manera especial el de contenedores, que se centralizaba en el muelle de la Isla Verde, había dejado agotadas las posibilidades de desarrollo del tráfico en dicho muelle, no sólo por el crecimiento del movimiento de contenedores de Sea Land, sino también por la ampliación de la factoría de Campsa y del depósito franco.

El 28 de septiembre de 1976 está suscrito por el ingeniero director, Joaquín Lefler Pino, el proyecto de obtención de superficie en la dársena del Saladillo, con el objeto de ampliar la capacidad del muelle en dirección sur y de poder disponer de mayor superficie para el patio de contenedores de Sea Land y para el movimiento y depósito de otras mercancías.

Las obras se iniciaron a principios del año 1977, constando que se hallaban totalmente terminadas en el año 1980. Al mismo tiempo que se daba fin a estos trabajos de relleno de la dársena del Saladillo, se acometieron las obras de ampliación del muelle de la Isla Verde en dirección oeste para obtener más superficie y, sobre todo, alargar la línea de atraque para buques con tráfico Ro-Ro, ampliación que estuvo finalizada en el año 1982.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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