Un grupo de ecologistas y voluntarios del Verdemar abrieron ayer nuevamente el cauce del río Guadiaro, taponado en su curso bajo a la altura de la bocana. Los ecologistas actuaron el sábado pasado, si bien la acción de las mareas volvió a taponar a mediados de semana la salida del agua hacia el mar, poniendo en riesgo la vida de miles de peces.
Los conservacionistas, de hecho, alertaron ayer de que los cada vez más frecuentes tapones en la desembocadura están haciendo mella entre las especies que habitan el río por la falta de oxígeno que se produce con el intercambio de aguas entre el curso fluvial y el mar.
Los voluntarios, de nuevo pertrechados con palas y otras herramientas, se citaron a primera hora de la mañana. Para el mediodía lograron habilitar una conexión entre las dos masas de agua y se mostraron dispuestos a actuar cuantas veces sea necesario en una actuación que también supone una denuncia ante la falta de movimiento por parte de las administraciones.
El alcalde sanroqueño, Juan Carlos Ruiz Boix, dijo estar "bastante preocupado por la continua agresividad que muestra la Subdelegación del Gobierno Central en Cádiz" hacia el Ayuntamiento por haber actuado en la bocana y haber difundido que por actuar sin autorización cabía la posibilidad de una sanción de 300.000 euros por extracción no autorizada de áridos.
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