Provincia de Cádiz

El resacón que dejó El Gordo

  • El Bosque vuelve a la normalidad tras la lluvia de dinero que distribuyó la administración local Un negocio de Prado del Rey repartió la friolera de 20 de los 80 millones de euros

Es un imposible para la mayoría de los mortales convertirse literalmente en millonarios de la noche a la mañana. Pero algunos, como un puñado de vecinos de El Bosque y de otros puntos de la provincia, han tenido esa suerte tras arrancarle un buen pellizco al Gordo de la Navidad. La población serrana, que distribuyó 80 millones del primer premio de la Lotería de Navidad por media provincia gaditana y por Ronda, se levantó ayer con más millonarios en sus calles y con la resaca de un 22 de diciembre que pasará a los anales de la historia local.

Con apenas 2.000 habitantes, el Gordo de la Navidad dejó entre los vecinos de El Bosque unos ocho millones de euros que, a buen seguro, repercutirá en la economía local, como reconocían ayer los propios agraciados, que ya asumían la realidad tras el resacón de la lluvia de millones. El resto, unos 72 millones de euros, volaron como hacía años que no se veía en un sorteo, a otros municipios como Villamartín, Ubrique, El Puerto de Santa María, La Línea, Conil, San Fernando, o la malagueña localidad de Ronda, entre otros.

La de ayer fue una jornada que sirvió para conocer nuevas historias de agraciados y de comprobar cómo el dinero llama al dinero. La única administración gaditana que repartió El Gordo, afincada en El Bosque, de nombre La Trucha, que dirige Francisco Neira, volvía a ser el foco de atención de todos. Su propietario, fiel a su trabajo, abrió las puertas de su establecimiento como cada día, aunque con el orgullo de haber hecho feliz a muchas personas. El cartel que colgaba de sus paredes de 'vendido aquí' recordaba que de este negocio habían salido 20 series del número 13.437 o, lo que es lo mismo, 200 décimos premiados con 400.000 euros cada uno. Francisco y su hijo Miguel se afanaban en atender a los muchos clientes que demandaban ya décimos para el sorteo de El Niño por aquello de tentar a la suerte en el mismo sitio que tanta había repartido apenas 24 horas antes. Allí se encontraba, por ejemplo, Alonso, el responsable de La Despensa del Molino, un negocio situado en el kilómetro 0 del cruce de la carretera de Prado del Rey con Zahara, quien había vendido nada menos que 50 décimos de la administración de La Trucha en su establecimiento, repartiendo la friolera de 20 millones de euros entre los agraciados. Es decir, una cuarta parte de lo que cayó del Gordo en toda la provincia. "Lo lleva gente de todos los sitios. De Madrid, de Sevilla, Barcelona… yo qué sé", contestaba, explicando que su establecimiento es un sitio de paso dedicado a productos gastronómicos propios de la Sierra, con lo que se supone que numerosos turistas recibieron la suerte allí.

Él mismo se quedó con uno de los décimos premiado con 400.000 euros. Así que Alonso volvía ayer, de nuevo, a la administración bosqueña a recoger décimos para El Niño, que venderá en su tienda. Tampoco quisieron perderse la oportunidad para el próximo sorteo del 6 de enero los socios de una peña de Prado del Rey, que son fieles a la administración bosqueña y que invirtieron 320 euros en comprar décimos, que dividirán en participaciones.

La normalidad volvió también al mesón El Duque, el epicentro de la alegría y el jolgorio durante el día del sorteo en El Bosque. Los once trabajadores agraciados con El Gordo no pararon en la jornada del resacón millonario de atender a clientes y seguir con sus trabajos. Eso sí, más desahogados económicamente "porque esto nos hacía mucha falta y ya necesitábamos una alegría", comenta María Reyes, una de las agraciadas. El dinero que han recibido no los retirará porque no han ganado una millonada, pero les endulzará la vida. Por ejemplo, Rosi, madre de tres hijos, que llevaba un décimo compartido con sus compañeros más otro por su cuenta, ya ha hecho planes de futuro. Lo primero que hará será comprarse una casa para ella y sus niños porque hasta ahora vivían en casa de unos familiares.

Paqui, otra agraciada con 400.000 euros, abrió ayer como cualquier otro día la tienda de ropa y regalos que acaba de montar, hace dos meses, con su nuera, que estaba en paro, y una amiga. "Esto hay que sacarlo adelante como sea", apunta mientras considera que los ocho millones que han caído en el pueblo "le vendrá bien a todos los negocios". "Claro que nos vendrá bien a todos", refuerza a unos metros de distancia Gloria, la dueña de un bazar de artículos domésticos que reconoce que la crisis económica ha azotado con fuerza a muchas familias y que este pellizco de la Lotería vendrá muy bien. "Estoy contenta porque le ha tocado a amigos, a clientes y a la familia", anota. A José Manuel, el pescadero, no le ha caído nada, pero espera que los millones que ha repartido la suerte favorezca, un poco, a la economía local y a las tiendas de su pueblo. Por si acaso, con los buenos ánimos que da tener el bolsillo más abultado, el pescadero espera que más de uno se 'caiga' por su establecimiento para comprar buen género para la Nochebuena y la Navidad. Lo mismo opina su vecino de al lado, Isaac, el frutero, que está convencido de que "algo nos mejorará" mientras despacha a la clientela y enseña un décimo con otro número no premiado, que prácticamente compró todo el municipio. "De éste se vendió casi 300 números en el pueblo. Si hubiese tocado sería el no va más", apostilla. Eso sí, algunos bosqueños se lamentan de que el montante importante de El Gordo, los 80 millones de euros que repartió la administración local, no se hubieran quedado en su totalidad en esta localidad serrana.

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