La galería de arte Ortega Brú de San Roque acoge la exposición Territorio del artista uruguayo Néstor Plada. Hasta el próximo día 25 podrán visitarse los 19 cuadros que siguen una línea personal y muy definida, realizados en acrílico y tablas, aunque también con técnicas mixtas -collage- y utilización del óleo.

El artista desveló en el acto de inauguración que "siempre había querido exponer aquí, por la sala en sí y por el lugar tan lleno de tipismo en la que se encuentra". Señaló que "mis obras pretenden ser, siempre, un relato vivo de pequeñas cosas, que pueden adquirir una dimensión más entrañable, ya sea en el en un esbozo de casa, o de figura humana, en el defasaje de un texto roto o inconcluso, una mancha muro-madera, un espacio-nube, un papel-herrumbre y siempre la reflexión sensible que surge de la exploración y el uso contrastado de los lenguajes".

El pintor uruguayo cuenta en su haber un mérito no muy común: la vocación de la sinceridad. Juan Gómez Macías dice de su obra que tiene ese aire de autenticidad, de trabajo gustoso, exigente y bien hecho. En toda la serie el paisaje es el soporte icónico y el pretexto conceptual. Limpias líneas de horizontes marinos, quebradas formaciones rocosas, silentes masas de tierra, árboles, postes y barcas escoradas en el olvido, rastros de pretéritas presencias humanas.

El prestigioso Bernardo Palomo habla de su obra como "una pintura poderosa, nos conduce por un estamento plástico lleno de intensidad creativa y acertada formulación pictórica".

Plada se formó en el Taller Torres García, en Minas (Uruguay), donde se definieron algunas de sus constantes como pintor: el dibujo, la llamada "pintura de tono" netamente europea, los principios del constructivismo como método de expresión, la teoría del color o la sección áurea.