Cultura

La linense Yolanda Cruz Ayala, entre los diez finalistas del Premio Planeta

  • La obra es 'Mermelada de pétalos de rosas', escrita con Maribel Sánchez bajo el seudónimo Rilan Dabel Se trata de la primera novela que escribe

Aún está despertando de un sueño. La linense Yolanda Cruz Ayala ha escalado hasta la cúspide del mundo de la literatura de un solo salto. Su novela Mermelada de pétalos de rosas, escrita junto a Maribel Sánchez Valderrama, ha estado entre las diez finalistas del Premio Planeta 2013. Atendió ayer a este diario, la primera entrevista de su vida. Ha pasado inadvertida hasta conocerse el fallo, ya que se presentaron bajo el seudónimo Rilan Dabel.

La obra la empezaron juntas pero sin más intención que la de crear. "Nunca había escrito un libro", confiesa Cruz, "ha sido como descorchar una botella de champán". Su marido, José Luis Cañada, escritor y poeta, confió tanto en la historia leída que lo envió al concurso internacional en el que competía con otras 478 obras, con representación de escritores de Latinoamérica, Europa e incluso Australia.

Asistir como finalistas a la gala celebrada en la noche del martes en Cataluña fue una experiencia única. Resultaron ganadoras Clara Sánchez, con la novela El cielo ha vuelto y Ángeles González-Sinde, finalista con El buen hijo. Compartir con tantas personas su amor por la literatura fue su gran premio, recordando palabras como las de la periodista Lourdes Maldonado, que hizo hincapié en el alto nivel de los finalistas de esta edición.

Cruz nunca había hecho una novela, sus escritos se remontan a retales de ideas y sentimientos que plasmaba en papeles y un pequeño coqueteo, con apenas 15 años, con "novelitas rosas" que repartía entre las amigas. Han siso etapas en su vida, las que le han marcado como su primer embarazo -tiene dos hijos-, que fueron el punto de partida para dejarse llevar.

Enviaron la novela bajo un seudónimo y a través de las notas de prensa que emitía la organización del Premio Planeta supieron que estaban entre los finalistas. Fue su marido el que leyó la lista en la que se incluía Mermelada de pétalos de rosas, lo que desembocó en una explosión de júbilo en su casa. "No me lo creo aún porque es el premio más importante de las letras españolas".

Ahora queda esperar para verla publicada. "Espero que todo el mundo pueda leer la novela y no se quede en un cajón. Hay mucho sentimiento, hay amor en todos los sentidos". Una vez finalista en el Premio Planeta espera que se edite y pueda llegar a las manos de todos. La obra gira en torno a tres generaciones de mujeres, posee dosis de investigación e intriga familiar y su sugerente título adhiere sabor a la misma.

Cuanto terminó la novela la leyeron tres o cuatro personas de su más estricta intimidad y se "engancharon", confiesa Cruz con orgullo. "Cuando escribo busco expresar sentimientos", además intercala citas literarias y conocimientos, detalles culturales, para que así el lector disfrute y aprenda leyendo.

Tras la experiencia de este primer libro está inmersa en su nuevo proyecto, una novela de su autoría y que ha ido descifrando como una película en su imaginación, sus personajes están en la cabeza. Escribir siempre ha sido su pasión y lo seguirá siendo. Para esta nueva idea se está documentando y no descarta presentarla nuevamente al Premio Planeta.

Yolanda Cruz tiene 49 años, se crió en el centro de La Línea. Ha trabajado de administrativa toda su vida. Estudió de pequeña en Las Teresianas, luego pasó al Sagrado Corazón y finalmente en el instituto Menéndez Tolosa, dónde un profesor, reconoce, avivó en ella el amor por la literatura. Ahora se dedica a su familia y en sus huecos escribe lo que le va naciendo, especialmente encuentra ese momento por las tardes. "No pienso en tramas, muchos personajes no tienen nada que ver conmigo", explica. Este verano tuvo bastante tiempo para crear ya que fue operada de la vista, lo cual aprovechó para agradecer el trabajo del equipo de Oftalmología del hospital Punta Europa de Algeciras.

Confiesa que no es una lectora empedernida, pero lee. Cruz afirma que "cualquier persona que tenga imaginación lo único que tiene que hacer es escribir", pone incluso como ejemplo a Miguel Hernández, "era cabrero, con eso se dice todo". La escritora linense cuando escribe no piensa en cómo sino que desarrolla su historia. Para ella "es un orgullo" ser de La Línea lamentando que en la televisión no suele salir por cosas positivas y sin embargo hay grandes artistas de la tierra. En esta edición la representación andaluza en los premios vino de la mano de ella y su compañera en la novela Maribel Sánchez.

En su condición de escritora siempre ha viajado sola, no se ha movido por circuitos literarios en el Campo de Gibraltar ni en su ciudad, no por no querer sino porque, como destaca, "sólo sé que me gusta escribir, nunca he aspirado a nada".

Esta linense está despertando de su sueño, una escritora por descubrir con descripciones sin excesos, buscando que la persona que lee su libro sienta como su personaje. De imaginación veloz, de personajes fluidos, historias que desentrañan sentimientos. Solo queda ver su libro en las librerías, algo que se prevé conseguir en cuestión de meses.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios