Tres vecinos de Los Barrios se encuentran retenidos en Marruecos a la espera de cumplir con los trámites judiciales para salir del país, al que llegaron el pasado sábado tras quedar su embarcación pesquera a la deriva.

Se trata de Jorge Cano, de 47 años, copropietario de un conocido taller chapista de la localidad, que se encuentra acompañado por su hijo David, de 16 años, y Juan José Ramírez, un joven empleado del taller de 26 años.

José Cano, hermano del patrón de la embarcación, explicó a este diario que los hechos tuvieron lugar el pasado sábado por la mañana, cuando los tres barreños salieron a pescar con una embarcación de recreo Star Fisher -con motor de 75 caballos y 5,5 metros de eslora con base en la dársena de El Saladillo (Algeciras)- frente a las costas de Tarifa, a la altura del kilómetro 90 de la N-340. Según su testimonio, la niebla impidió que la embarcación recuperara su rumbo alcanzando el islote de Perejil, perteneciente a España pero circundado por aguas territoriales marroquíes. "Mi hermano logró llamarme desde Perejil para comentar lo que les había pasado y solicitar ayuda. De inmediato llamamos a Salvamento Marítimo para que acudiera en su ayuda", contó Cano. Sin embargo, mientras esperaban, una patrullera marroquí les localizó y trasladó a suelo del país vecino, donde se encuentran retenidos a la espera de completar el expediente burocrático para salir del país.

La familia se encuentra en contacto permanente con el consulado español en Marruecos, entidad desde la que les explicaron que ayer se procedió a la toma de declaración con intérprete y que hoy esperan ser trasladados a Tánger con el fin de completar el proceso. Mientras tanto, los tres barreños permanecen incomunicados. "Nos insisten desde el consulado que no les acusan de nada, pero no llevaban más documentos que el DNI y las licencias. Dicen que son unos trámites que llevan unos días. Sería un detalle que nos los pusieran al teléfono, ya que la familia se encuentra nerviosa", explicó Cano, quien dijo agradecer a la fortuna que su hermano pudiera llamarles desde Perejil. "De lo contrario, no hubiéramos tenido idea de lo que pasaba hasta que el consulado comenzara a actuar", señaló.