El gobernador de Gibraltar, Edward Davis, considera que es necesaria "una mayor coordinación" con los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles y marroquíes si se quieren evitar incidentes como el que sufrió una patrullera de la Sección Marina de la Royal Gibraltar Police, que fue embestida por narcotraficantes durante una persecución en la tarde del pasado domingo.

El gobernador, que llegó a la roca hace poco más de quince días, afirmó que la constante amenaza que supone el tráfico de drogas debe ser contrarrestada con el equipo y la capacitación pertinente. Él cree que los recursos con los que en la actualidad cuenta la policía son aceptables.

La cooperación policial entre Gibraltar y España es una vieja reivindicación que no acaba de cumplirse del todo. El último en solicitar que se refuerce en la Bahía fue el embajador británico en España, Simon Manley. España y Reino Unido acordaron a finales del pasado mes de agosto mejorar la cooperación policial contra el crimen organizado en Gibraltar tras unirse para "garantizar la acción conjunta en la lucha contra los delincuentes". Sin embargo Londres mide el éxito de este pacto en un descenso en el número de "incursiones" de barcos españoles en las aguas que Gibraltar reclama como propias y no en delincuentes detenidos u operaciones de narcotráfico frustradas. Así se comprobó la semana pasada cuando el ministro de Asuntos Europeos británico, David Lidington, respondió aq una pregunta en el Parlamento del Reino Unido por parte del diputado conservador, Andrew Rosindell, que se interesó por las "incursiones" y no por la delincuencia en la Bahía.

El gobernador, teniente general Ed Davis, y el ministro principal, Fabián Picardo, giraron una visita a la base marítima de la RGP en el Gun Wharf, para conocer de primera mano los daños sufridos por la embarcación policial. Davis no explicó por qué esa cooperación no existe ya entre dos países socios y amigos.

El pasado septiembre, el ex ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos abogó por una policía del mar conjunta. "Para mí las aguas son españolas y para Picardo serán británicas, pero para los narcotraficantes son el lugar desde el que puedes escapar, porque es un lugar en el que las policías en lugar de disparar a los malos se disparan entre sí", reflexionó.