Economía

El rugby como terapia contra la exclusión social

  • La compañía venezolana Ron Santa Teresa impulsa un proyecto pionero que ha logrado reducir la criminalidad

Una reducción espectacular de la criminalidad a través de la integración social de los pandilleros mediante el rugby. Éste es el mayor logro del Proyecto Alcatraz, que ha convertido a la empresa venezolana Ron Santa Teresa en un referente mundial de la responsabilidad social corporativa hasta el punto de que ha sido caso de estudio en la Universidad de Harvard. "No ha sido nada fácil. Pero como decimos en Venezuela, lo que no te mata te fortalece", afirma el presidente de la compañía, Alberto Vollmer, que ayer fue invitado por la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar para presentar su experiencia durante la asamblea celebrada en el Hotel Barceló Renacimiento de Sevilla.

Todo empezó en 2003, cuando la empresa sufrió "un asalto de pandilleros" y su servicio de seguridad atrapó a varios de los implicados. Situada en una región agrícola donde los servicios policiales y jurídicos no son los más adecuados, la compañía tomó una decisión drástica. "En vez de entregarlos a la Policía, le dimos la opción de reclutarlos para un proyecto de rehabilitación a través del rugby. Empezamos con una banda, después llegó su rival y ahora ya contamos con 2.000 jugadores", explica Vollmer, que incide en que se "reclutan bandas, no individuos". "Elegimos el rugby porque necesitábamos un deporte de contacto, por la violencia represada que tienen los jóvenes, pero que fomente el espíritu de equipo y el fair play. Además, al no haber tradición rugbística, todos parten con el mismo nivel porque queríamos que aprendieran algo nuevo", agrega el presidente de Ron Santa Teresa, empresa familiar que ya va por la quinta generación.

El Proyecto Alcatraz se desarrolla por etapas a lo largo de dos años. "El último escalón es que pasan a trabajar en nuestra empresa o en otras que colaboran con nosotros, como Chevrolet, o forman su propia microempresa", señala Alberto Vollmer. El resultado es que la tasa de homicidios en la zona ha pasado de 114 por cada 100.000 habitantes a sólo 13 desde que comenzó la iniciativa. Además, en una sociedad tan poralizada como la venezolana, el Proyecto Alcatraz está sirviendo como punto de encuentro. "Al principio fue dificíl porque nadie comprendía lo que estábamos haciendo. Ahora se ha convertido en un ejemplo para el Gobierno y la oposición", destaca el directivo, que agrega que el objetivo es "convertirlo en franquicia" para exportar su modelo a otras partes de Venezuela y de América Latina. Para ello, cuenta con la colaboración de Accenture.

Vollmer reconoce que el Proyecto Alcatraz también está suponiendo un cambio en el reconocimiento de la marca Santa Teresa. El 30% de la producción se comercializa fuera de Venezuela, siendo España su primer mercado internacional y su "primera prioridad".

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