Está escrito que no existe peor cuña que la de de la misma madera. Un dicho popular que el pasado domingo tomó cuerpo en el césped del Municipal de La Línea, donde tres exbalonos, los defensas Jesús Sánchez Jesule y Rafa Villén y el atacante argentino Juan Pablo Pereira Sastre Pibe, autor de dos tantos, se convirtieron en piezas claves para que el CD El Palo lograse la victoria en suelo linense, un resultado que ha dejado mar de fondo en el entorno albinegro. Todos muestran su legítima satisfacción por un triunfo con sabor especial, pero también desean lo mejor a la que un día fue su club.

"Me marché muy contento, porque volver a casa y llevarme un resultado positivo... ganar en La Línea supone para mí algo especial", reconoce Rafa Villén. "Ya fue una satisfacción poder jugar, porque la temporada pasada no pude hacerlo al estar cedido".

A pesar de la derrota Rafa Villén, que compartió caseta con muchos de los que aún residen en ella, augura que la Balompédica "estará en la pelea" hasta la última jornada. "Ojalá lo consiga", se despide.

El veterano Jesule resta importancia al hecho de que el conjunto de la barriada malagueña, cuyo brazalete de capitán luce desde hace ya unos años, le haya endosado nueve goles a la Balompédica en la presente campaña. "Es una cuestión de suerte. Nosotros somos gente humilde, que en la mayoría de los casos tenemos trabajos al margen del fútbol y aunque ponemos nuestro empeño, nuetras ganas... pero los dos resultados son eso, partidos que se dan".

"Estas dos victorias son especiales, porque son ante un rival de la historia y la entidad de la Balompédica", admitía el zaguero.

"Sabíamos donde íbamos, que el público achucha mucho, que ellos estaban necesitados porque los resultados fuera no se le dan, así que nos la jugamos a una carta, nos salió bien en la primera parte y con eso nos podemos dar por satisfechos", desvela.

A título personal "las sensibilidad se va perdiendo con la edad", asegura. "Pero eso no quiere decir que no guarde un excelente recuerdo de mi paso por La Línea y que le desee la mejor suerte posible en lo que resta de Liga".

El argentino Pibe se confiesa "especialmente contento por haber tenido suerte de cara a la portería".

"El hecho de habérselos hecho a un equipo en el que yo estuve le resta un poco de alegría, porque sé lo que significa este equipo para su gente", dijo. "Para mí fue un estímulo bajarme del autocar y recordar todo lo que viví en el Municipal".

Pibe incluso pidió disculpas a la afición tras marcar el que suponía en ese momento el uno-tres. "Yo quiero mucho a la Balona, hasta el punto de que tuve una oferta del Algeciras y la rechacé porque todo lo que supone este club para mí".

"Me debo al Palo y tenía que marcar, pero quería que la gente supiese que no era una alegría especial para mí", recalca Pibe, que entiende que los de la barriada malagueña están "cada vez más cerca" de la permanencia y de la Balona cree que "se meterá en liguilla".