El Cádiz se jugará la permanencia en el partido ante el Hércules de Alicante, en la última jornada de la Liga, tras ceder ayer un empate (0-0) ante el Sevilla Atlético en el estadio Ramón de Carranza.

El Cádiz, con la necesidad vital de obtener los tres puntos para no meterse en posiciones de descenso, afrontó el duelo con mayor empuje en los primeros minutos, justo el tiempo que la presión y los nervios no le pudieron para dejar luego jugar a un Sevilla Atlético, sin agobios clasificatorios, que ganó metros y controló la posesión del balón.

Nada más comenzar, en el segundo minuto, Fleurquin, tras un buen centro de Parri, mandó el balón al larguero en la primera aproximación local; seis minutos después hubo una jugada entre Dani y Parri que remató Gastón Casas al cuerpo de Javi Varas.

A raíz de ahí el filial sevillista cambió las tornas, movió bien la pelota y dispuso de varias ocasiones como las del Pablo Sánchez (12'), la de Perotti (22'), que rozó el larguero y la del minuto 27, tras buen centro de Pablo que César Caneda evita el remate de cabeza de Armenteros.

En la segunda mitad el Cádiz, merced a las incursiones de Gustavo López y sus centros, hicieron albergar esperanzas a sus seguidores. Así, en el minuto 48, tras un balón al área se produjeron varios rechaces y Fleurquin remató a manos de Javi Varas. Las últimas opciones de los gaditanos llegaron por medio de Abraham Paz, en el minuto 76, a manos de Javi Varas, y en el 82', en lanzamiento, del central, demasiado cruzado, y de Dani, éste en dos jugadas, pero sin acierto final, en situación inmejorable.

El pitido final trajo la polémica. La Policía Nacional tuvo que efectuar varias cargas frente a la tribuna del Ramón de Carranza para dispersar a un numeroso grupo de seguidores radicales enfadados con los jugadores y directivos cadistas. Un millar de seguidores se agolparon ante la tribuna y gritaron "jugadores mercenarios".